El aceite de oliva sufre devaluaciones durante varias semanas consecutivas, a pesar de que no hay razones objetivas que expliquen esta tensión, aunque sí algunas decisiones de operadores de gran peso, que tienen “la sartén por el mango”.
El POOLred recoge compra-ventas de sólo 2.875 toneladas entre almazaras y entidades comercializadoras del 13 al 19 de noviembre, frente a las 3.816 de la semana anterior, con fuertes correctivos.
El virgen extra se dejó un 6,25 % semanal; el virgen, un -3,35 %; y el lampante, casi un 7 %, de manera que estas categorías se quedan en 3,18; 2,97 y 2,77 euros/kg, respectivamente, según este Sistema.
Una muestra del desplome de los precios lo encontramos en la categoría virgen extra en la mayoría de las plazas de referencia que analiza el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) entre el 9 y el 15 de noviembre.
En Tarragona, caen en 32,50 euros/100 kg respecto a la semana anterior; en Badajoz, -30; en Córdoba, -27,75; en Sevilla, -24,49; en Málaga, -12,70 euros/100 kilos; son sólo algunos ejemplos, porque los notables descensos afectan a todas las lonjas y categorías.
Por su parte, el aceite de orujo crudo se paga a 104,49 euros/100 kilos, casi un 4 % menos que la semana anterior, mientras que el de girasol refinado se comporta bien y remonta un 1,55 %, hasta los 90,25 euros/kg, según los datos del Ministerio.

En Italia, las caídas oscilan entre el -2,2 y el -16,1 %, en el periodo del 9 al 15 de noviembre, según Ismea, que registra 3,82 euros/kg para el virgen extra; 2,60 para el lampante y 2,92 para el virgen.
Grecia también sufre su particular “tragedia”, con retrocesos de entre el -4,8 % y el -9,3 %: sus vírgenes extra se pagan a 3,45-3,88 euros/kg; los lampantes, a 2,45-2,53; y los vírgenes, a 2,83 euros/kg.
Aceite de Túnez
Sin embargo, Túnez -el país que fue el gran proveedor de materia prima durante la última campaña de comercialización y que podría revelarse igualmente importante en la actual- resiste y sus valores permanecen invariables, entre 3,73 y 3,83 euros por kilo.
Sin razones objetivas
Fuentes de las organizaciones agrarias y de las cooperativas españolas coinciden en afirmar que no hay ninguna razón objetiva que explique los descensos de cotizaciones de las últimas semanas, que consideran desproporcionadas en el contexto actual: queda poco producto en stocks, la actual cosecha será media y la próxima no “pinta bien” por la falta de lluvias y las altas temperaturas.
Desde una de las mayores cooperativas olivareras del país, consultada por Efeagro, opinan que las devaluaciones “no tienen sentido”, porque apenas había 180.000 toneladas de enlace para abastecer el mercado hasta que llegaran los nuevos aceites de la temporada. Un año antes, los stocks alcanzan las 500.000 toneladas.
Cuando termine la recolección -que se generaliza estos días-, muchos olivares estarán en situación de agotamiento y, si no llueve este otoño, debilitados para afrontar la campaña posterior, lo que abre nuevas incertidumbres sobre disponibilidades y su insuficiencia.
Las caídas podrían ser “pasajeras”, apuntan las fuentes, que se aferran a los datos actuales que constatan la escasez de estocaje.
Presiones
En todo caso, sí ven alguna otra explicación a los descensos: “Venimos de una situación de precios altos y los compradores y hasta la gran distribución comercial tienen la perspectiva de que las cotizaciones en origen van a seguir bajando”.
Es decir, estos operadores “apuestan” a que continuará la devaluación y con sus decisiones estratégicas lo consiguen: detienen sus compras “a futuro” y sólo hacen las operaciones estrictamente necesarias, por lo que crean esta tensión a la baja en los precios.
La atonía en el lineal -muchos consumidores han adquirido menos aceite de oliva y más procedentes de semillas, girasol o maíz-, la llegada de los aceites “frescos” de la actual temporada y la previsible flexibilización de las importaciones a Túnez también pueden pesar en la evolución de las cotizaciones.
Ahora, la necesidad del vendedor es superior a las del comprador -algunos se han aprovisionado bien y pueden aguantar- y, en este juego de desiguales fuerzas, el aceite de oliva se resiente.