El acuerdo nunca es fácil, pero en esta ocasión tiene la dificultad añadida de solventar el agujero de entre 14.000 y 15.000 millones de euros que dejará la salida del Reino Unido.
La mayoría de países de la Unión Europea (UE) se opuso a recortar los fondos para las políticas de cohesión y agricultura en el próximo presupuesto comunitario para 2021-2027, ya que, consideran, han demostrado ser efectivas y aportan valor añadido en un momento de desencanto con el proyecto europeo.
Los ministros y secretarios de Estado de la UE mantuvieron el primer debate sobre la propuesta de presupuesto plurianual presentada por la Comisión Europea (CE) el 2 de mayo, un intercambio que permitió vislumbrar la compleja posición de partida para la negociación de los próximos meses.
El acuerdo nunca es fácil, pero en esta ocasión tiene la dificultad añadida de solventar el agujero de entre 14.000 y 15.000 millones de euros que dejará la salida del Reino Unido y cubrir los 10.000 millones de euros más al año que se necesitarán para nuevas tareas, como inmigración, defensa o seguridad.
Acciones propuestas por la CE
Para cuadrar las cuentas, la CE propone aumentar el presupuesto del 1,03 % de la renta anual bruta actual al 1,11 % (1,28 billones de euros), pero también recortar un 7 % los fondos estructurales y de cohesión y un 5 % la Política Agraria Común (PAC).
Los países están de acuerdo en financiar nuevas prioridades y la mayoría está dispuesta a poner más dinero, algunos incluso por encima de lo que pide la CE, pero no quieren renunciar a los tradicionales pilares comunitarios y defienden revisar las condiciones para recibir fondos.
España, Francia, Italia, Polonia, Portugal, Estonia, Letonia, Lituania, Grecia, Eslovaquia, Eslovenia, Malta, Hungría y Croacia rechazan reducciones en una o ambas partidas (cohesión y agricultura).
Irlanda, Rumanía y Luxemburgo, por su parte, se muestran preocupadas por los recortes, pero abogan por esperar a conocer la propuesta detallada que presentará la CE sobre cohesión y PAC el 29 de mayo para hacer un análisis definitivo de su impacto.
Los países del Este temen que la reducción de los fondos de cohesión, que han permitido a sus regiones más pobres acercarse a los estándares de sus vecinos, sea mayor en términos reales de lo que dice la CE, y señalan que será difícil explicárselo a los ciudadanos en vísperas de las elecciones de 2019.
En cuanto a la PAC, Francia, España o Irlanda, tradicionales beneficiarios, son de los más preocupados.