Hasta ahora, los cubiertos se han mantenido como un artículo que en las comidas no tenían otro uso más allá de facilitar la llegada de la comida del plato a la boca, ahora, la empresa Gloop ha añadido una base de harina para que, además de útil, el cubierto sea comestible.
“Somos una marca de cubertería comestible” es la carta de presentación que hace una de las creadoras del proyecto Gloop, Marta Maneja, cuando se le pregunta sobre en qué consiste el plan que pusieron en marcha en 2021 y un año más tarde lanzaron al mercado.
La experiencia va viento en popa porque en los últimos meses la empresa ha puesto en marcha una ronda de financiación con la que han logrado hacerse con medio millón de euros que les ha permitido contratar a un equipo más grande.
De momento, han creado cucharillas y pajitas hechas principalmente a base de harina de arroz y una especial con base de fibra de cacao, pero en la actualidad están desarrollando nuevos productos como tenedores y removedores de café.
Desde que crearon la marca, en Gloop han logrado colocar su cubertería comestible en 120 establecimientos y esperan que para este año la cifra llegue hasta los 500, un plan “ambicioso” con el que reconocen haber suscitado el interés del sector de la hostelería.
Las heladerías son los principales establecimientos que demandan las cucharas comestibles, mientras que las pajitas se pueden encontrar con más facilidad en los salones de los hoteles como complemento a los cócteles.
Fomentar la Ley de Envases
La intención de este proyecto es aportar su “granito de arena” a la norma aprobada por la Unión Europea en julio de 2021 por la que se prohibió la comercialización en los mercados miembros de la UE los platos, cubiertos, pajitas, palitos de globos y bastoncillos de algodón de plástico de un solo uso.
Además, la ley se aplica a los vasos, envases de alimentos y bebidas de poliestireno expandido y todos los productos de plástico oxodegradable.
El uso de estos nuevos utensilios que se han puesto en el mercado con materiales como plástico compostable supone una “muy mala experiencia” para el consumidor en el sentido gastronómico, a juicio de la creadora de Gloop.

Por ello, querían dar otra alternativa a los comensales con la fabricación de un cubierto que fuera “resistente para aguantar su propio uso, pero no fuera tan duro para que se pudiera comer como una galleta”, detalla.
A parte de la propia experiencia del consumidor, Maneja defiende que el uso de estos utensilios le puede servir a los bares y restaurantes para posicionarse de lado de prácticas más sostenibles con el medio ambiente.
Y el emprendimiento
Además, el proyecto ha sido seleccionado por la aceleradora del Madrid Innovation Hub como uno de los trece finalistas que entrarán dentro del programa de mentorización y capacitación del vivero de emprendimiento madrileño.
Las iniciativas empresariales seleccionados recibirán un plan de formación de doce semanas sobre conceptos ligados al sector de las tecnologías aplicadas a la cadena de valor agroalimentaria; optimización del modelo y plan de negocio y de marketing, posicionamiento de marca y comunicación y aspectos financieros.
Todo ello, para que los consumidores puedan probar el producto que ha creado esta joven marca y con el que quieren, además de fomentar la sostenibilidad, que en el plato no queden ni las migas ni los cubiertos.