El Valle Salado de Añana (Álava) espera entrar en la lista de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) reconocidos por la ONU, lo que convertiría a España en el primer país europeo en conseguirlo.
El subsecretario español de Agricultura, Jaime Haddad, fue el encargado de oficializar la candidatura del Valle Salado de Añana tras suscribir en Roma un acuerdo con la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de cara a facilitar la comunicación e intentar activar la declaración de esos sitios en España.
El Valle Salado, primer candidato desde Europa
Desde 2002, la FAO ha reconocido 37 sitios en 16 países, la mayoría en Asia, como sistemas importantes del patrimonio agrícola por la estrecha relación que mantienen sus comunidades con el territorio y el ambiente a lo largo del tiempo.
Ninguno de ellos está en Europa, por lo que el subsecretario ha destacado la oportunidad que supondría para España convertirse en el primer país europeo con ese reconocimiento, lo que -en su opinión- despertaría el interés de sumarse por parte de otros sitios de la geografía española con el tipo de características que se valoran.

“Hay muchas categorías, la mayor probablemente sea el Patrimonio Mundial de la Humanidad, pero hay otras menos conocidas y no por ello menos importantes. Todo lo que sea un marchamo de calidad al final pone de manifiesto que estos sitios están haciendo cosas sostenibles importantes“, afirmó Haddad.
El proceso
El subsecretario presentó a la FAO el proyecto del Valle Salado de Añana, que deberá ser evaluado por un comité de esa agencia antes de decidir sobre su inclusión en la lista, y ha agregado que también hay otras zonas interesadas como el paisaje de la uva moscatel en Andalucía.
El valle Salado de Añana es una salina de interior que aprovecha manantiales de agua salada que brotan en los alrededores y que se divide en parcelas donde el agua se deja secar al sol para obtener sal. Después de décadas de degradación, una fundación local está intentando revalorizar el paisaje promoviendo sus productos locales.
Haddad subrayó que la sal de ese sitio es de “calidad excepcional” y “se está orientando hacia la cocina gourmet”, al tiempo que los habitantes han ido recuperando y restaurando el valle para garantizar su futuro con actividades más allá de la agricultura que incluyen el turismo o la educación