Los ministros de Pesca de la Unión Europea (UE) lograron este martes, de madrugada, un acuerdo sobre las posibilidades de pesca en el Báltico para 2021, que implicarán recortes drásticos en las capturas de arenque y mantendrán la veda del bacalao en aguas orientales por la situación de esas pesquerías.
El Consejo acordó los totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas de diez de las especies de más valor comercial en el mar Báltico, que incluyen el bacalao, el salmón o el arenque.
El acuerdo alcanzado, que no afecta directamente a España porque la flota nacional no pesca en esas aguas, disminuye las posibilidades pesqueras para la mayoría de las poblaciones de peces teniendo en cuenta los últimos consejos científicos que destacan las malas condiciones en el Mar Báltico.
El objetivo es ayudar a la recuperación de las especies, y en ese contexto acordaron continuar con el cierre de la pesquería de bacalao del Báltico oriental y permitir solo una cuota de captura secundaria, que de nuevo se redujo significativamente en comparación con el año pasado.
Los mayores recortes en el total admisible de capturas (TAC) fueron para el arenque de la parte occidental y central del mar Báltico.
Los ministros acordaron un aumento moderado de los TAC para el arenque en el golfo de Riga, el bacalao del Báltico occidental, la solla, el espadín y el salmón en la cuenca principal del mar Báltico, mientras que el salmón en el golfo de Finlandia disminuirá moderadamente.
Los TAC del arenque de Botnia se mantendrán al mismo nivel que el año pasado.
Una solución para recuperar los recursos
La ministra de Agricultura y Pesca de Alemania, Julia Klöckner, cuyo país preside el Consejo de la UE este semestre, dijo que el acuerdo es una solución “viable” para la recuperación de los recursos en esas aguas.
“Es un acuerdo que aumenta los esfuerzos para mantener y ayudar a recuperar las reservas y a la vez asegurar las actividades de los pescadores”, dijo en un comunicado.
Varias organizaciones ecologistas, incluidas Oceana y WWF, valoraron que se establezcan límites a la pesca de ocho de las diez especies, pero consideraron que el resultado “todavía no es suficiente para salvar el arenque, el bacalao o el ecosistema del mar Báltico”.

“Incluso sin la pesca de bacalao del Báltico oriental, la población no se recuperará durante años, a menos que se realicen más esfuerzos para asegurar sus hábitats, alimentos y zonas de reproducción (…) Actualmente, el establecimiento de cuotas de pesca juega solo un papel pequeño pero crucial”, dijeron en un comunicado.
El Báltico fue la primera cuenca marítima europea en tener un plan plurianual para la gestión de la pesca y una de los primeras en implementar plenamente la obligación de desembarque.
Pese a los esfuerzos, que han permitido recuperar algunas poblaciones importantes en los últimos años, el ecosistema báltico es frágil y se ve afectado no solo por la pesca sino también por la contaminación.