La difusión de bulos sobre alimentación en internet, que está dañando la reputación del sector agroalimentario en España, es un problema creciente al que plantan cara el periodismo y los especialistas en la materia.
Así lo han reivindicado los participantes de la sexta edición del foro “Feeding the world”, organizado por el Grupo de Innovación Sostenible (GIS), al hablar sobre la imagen del sector agroalimentario tras la pandemia.
Según la Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS), el 30 % de las noticias falsas por internet son bulos alimentarios y se difunden siete veces más rápido que una noticia.
El director general de Efeagro, Pedro Damián Diego, ha destacado que los mensajes en las redes sociales pueden “adolecer de rigor periodístico” y ha recordado que “si falta la verdad, no hay noticia”.
Por eso ha defendido el papel de los periodistas para verificar los mensajes antes de su publicación para que puedan llegar a la sociedad de manera contrastada.
El responsable de Efeagro, agencia especializada en información agroalimentaria, ha resaltado que el sector ha actuado con “responsabilidad, rigor, profesionalidad e innovación” en su respuesta a la crisis del coronavirus, preocupándose por mantener el equilibrio de la cadena alimentaria y extremando la coordinación.
“Todas las crisis son fuente inmensa de oportunidades y esta va a ser una oportunidad de órdago nunca vista”, ha augurado, a pesar de que algunos subsectores como los vinos de alta gama y el canal de la hostelería lo estén pasando mal.

La redactora de La Voz de Galicia Laura García del Valle ha lamentado que los bulos “circulen por todos los lados” y arrastren a medios de comunicación en un ambiente donde reina la “confusión”.
Se ha referido a los que niegan el impacto del coronavirus para poner de manifiesto cómo los medios han sido “bastante duros con la laxitud que a su vez se tiene muchas veces en el campo de la nutrición, que afecta directamente a la salud de las personas”.
Salir de la crisis
La periodista ha llamado a utilizar el “enganche emocional” que ha causado el cierre de la hostelería, así como las mayores búsquedas en internet de nuevos productos y alternativas durante el confinamiento, para impulsar los proyectos en el sector.
La decana del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid (Codinma), Luján Soler, ha instado a realizar acciones conjuntas para fomentar el consumo de productos nutritivos como las legumbres, “ahora que hay personas que han empezado a comer alimentos que antes no tomaban”.
Ha criticado el “intrusismo” en el mundo de la nutrición, sobre el que “todo el mundo opina y cree saber”, y ha remarcado que el dietista-nutricionista “debe participar en la industria, el horeca y otros sectores” mediante equipos multidisciplinares.

Soler ha subrayado la importancia de volver al “equilibrio” a través de los medios de comunicación para dar “información concisa, clara y sin alarmismos”, y ha añadido que los colegios profesionales “están abiertos” para que los medios encuentren “fuentes fiables” en personas que están formadas.
El gerente de Ventas y Marketing de la empresa de maquinaria John Deere, Eduardo Martínez de Ubago, ha moderado el acto, en el que ha alabado el nivel de seguridad alimentaria que existe en España y Europa.
En busca de una voz para el sector
En otra charla dirigida por el coordinador del GIS, Ricardo Migueláñez, el director del máster en Gestión de Empresas Agroalimentarias, Jorge Jordana, ha criticado que el sector agroalimentario esté “profundamente desorganizado” y no emita “mensajes claros y positivos” pensando en el futuro.
Ha reclamado al sector que se siente a debatir los problemas que existen, como las emisiones contaminantes en la ganadería, sin esperar a que el Gobierno elabore el plan correspondiente.
José Miguel Mulet, profesor de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia, ha apuntado que el agricultor cada vez lo tiene más difícil para producir por las numerosas limitaciones que imponen las autoridades, mientras afronta la competencia de países de fuera de la Unión Europea donde no existen tales prohibiciones.
“Todas las industrias tienen intereses, pero nunca hemos tenido una voz reconocible” en el sector, ha afirmado Mulet.