La población de Agua Amarga. Foto: Efetur / Lucia Ruiz Simón.

La población de Agua Amarga. Foto: Efetur / Lucia Ruiz Simón.

COSTAS

Cabo de Gata, donde el paraíso es árido

Publicado por: LUCÍA RUIZ SIMÓN / EFETUR 12 de mayo de 2017

En el extremo más suroriental de España existe un paraíso árido, donde el ritmo vital se frena, los pulmones se llenan de aire salado y el mar besa sobre riscos y calas de ensueño. Un rincón que, afortunadamente, no ha perdido su esencia. Es el Cabo de Gata.

Una de las razones que explican que este paraje no haya sucumbido a la mano del hombre o el turismo masivo es precisamente su ubicación. El Cabo de Gata no es un destino de fin de semana, se encuentra a una distancia considerable de los núcleos más grandes de población. El aeropuerto más cercano está en Almería y trenes no abundan. La mejor idea es ir en coche y emplear al menos tres o cuatro días en su disfrute.

Atardacer en el Cabo de Gata. Foto: Efetur / Lucía Ruiz Simón.
Atardacer en el Cabo de Gata. Foto: Efetur / Lucía Ruiz Simón.

Pero el verdadero motivo de que el Cabo de Gata sea lo que hoy es se encuentra la protección del entorno, pues casi 50.000 hectáreas son desde 1988 Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. De hecho fue el primer espacio marítimo-terrestre protegido de Andalucía; un ecosistema de los más áridos de Europa y también reconocido internacionalmente como Reserva de la Biosfera y Geoparque. No hay invierno climático y acoge los 50 kilómetros de costa acantilada mejor conservada del litoral mediterráneo.

Estos son motivos más que suficientes para adentrarse en este espacio, pero aquí os dejamos cinco claves más

1- A la playa… bueno, a la cala.

No hay playas kilométricas en el Cabo de Gata y ahí reside su encanto. Se pueden elegir muchas, pero para no convertir la inspiración en inventario, cerramos la selección en cinco,cada una con su toque especial:

  • Los Muertos (Carboneras)

Un kilómetro de playa, con aguas cristalinas y pequeña piedrecitas blancas. Para acceder a este playa hay que caminar unos minutos por un sendero pedregoso de unos 700 metros y con bastante desnivel. No hay servicios, por lo que hay que llevarse todo lo necesario para pasar la jornada de playa y contar con que hay que volver -cuesta arriba- con todos los residuos que se generen. El espectáculo natural para la vista es único, siempre que no se mire a la izquierda, donde se divisa la central térmica de Carboneras.

Cala del Plomo. Foto: Lucía Ruiz Simón / Efetur.
Playa de los Muertos. Foto: Lucía Ruiz Simón / Efetur.
  • Los Genoveses (San José)

Es una bahía de playa de dunas y arena fina de más de un kilómetro, con una entrada en el agua muy progresiva, por lo que resulta ideal para las familias, siempre y cuando no sople el viento. Los días de Levante, no obstante, suelen ser aprovechados por los amantes de las olas para practicar windsurf. Es otra playa virgen, con acceso restringido de vehículos privados para evitar la masificación, aunque se puede llegar en transporte público o andando -está un kilómetro del núcleo urbano-

  • Playas recónditas: Cala Del Plomo, la de Enmedio y San Pedro

La Cala del Plomo es un recóndito pedazo de paraíso al que se accede por una pista forestal, de arena fina y fácil acceso en coche, por lo que suele haber caravanas o furgonetas estacionadas. Muy cerca está la Cala de Enmedio, que ha sido calificada como uno de los diez lugares más bellos de España.
Desde la Cala del Plomo se puede llegar andado a la Cala de San Pedro, a la que normalmente se accede en barco desde Las Negras o andando. En la playa de San Pedro hay una comunidad que reside allí todo el año, desconectadoa de la modernidad. Cuenta con una fuente natural de agua potable, que han permitido vivir a sus habitantes en cierto aislamiento.

Cala del Plomo. Foto: Lucía Ruiz Simón / Efetur.
Cala del Plomo. Foto: Lucía Ruiz Simón / Efetur.
  •  El Playazo (Rodalquilar)

Flanqueada por el Castillo de San Ramón, El Playazo es una playa a tres kilómetros del municipio de Rodalquilar. Arena fina, fácil acceso, aguas tranquilas la convierten en un lugar muy requerido por las familias para pasar el día de playa, especialmente por las naturistas.

  •  Playa de San Miguel

Es una de las escasas playas urbanas del Cabo de Gata, que ocupa los dos kilómetros y medio de la barrida de San Miguel, con servicios de vigilancia, duchas, pasarelas de acceso y facilidades para las  personas con movilidad reducida. También hay chiringuitos. Cuenta con bandera azul. Y muy cerca se puede disfrutar de las vistas desde el faro.

2 ¿Dónde dormir? Alojamientos con encanto y trato personal

En el Cabo de Gata proliferan los hoteles con encanto, regentados por personas del lugar o enamorados del Cabo, que se convierten en auténticos embajadores de la zona.
Por ejemplo, en el pequeño municipio de Agua Amarga, una opción muy recomendable es el Hotel Las Calas. Con una relación calidad-precio bastante interesante, ofrece tranquilidad, desayunos copiosos al sol de una terraza única y un servicio muy cercano. Entre las posibilidades, que te presten una bici para recorrer parte de los alrededores, si la capacidad pulmonar te lo permite, porque hay bastante desniveles. Una excursión a dos ruedas desde allí a la recóndita Cala del Plomo o a la Playa de los Muertos puede ser una buena opción para empezar el día con fuerza -y merecerse un buen homenaje gastronómico posterior- o disfrutar de un atardecer de los que se recuerdan por mucho tiempo.

Hotel Las Calas. Foto: Efetur / Lucía Ruiz Simón.
Hotel Las Calas. Foto: Efetur / Lucía Ruiz Simón.

En Las Negras, hay otros alojamientos de este tipo, como Cala Chica. Su piscina de agua salada y el cuidado desayuno completan la experiencia única de vivir una noche en un rincón tan especial como las Negras, donde los bares y chiringuitos se convierten en un lugar de convivencia de todos aquellos que recalan en el Cabo para disfrutar de su energía única.

 

3 Bajo agua. Buceo y Submarinismo en el Acantilado de las Sirenas.

En sus fondos se desarrollan extensas praderas de Posidonia oceánica. La proliferación de esta especie, similar a un alga verde, crea auténticos bosques sumergidos en los que vive gran variedad de fauna submarina: cangrejos, pulpos y peces. Con suerte, se puede observar la nacra, el bivalvo protegido más grande del Mediterráneo, que por ello está considerado una verdadera joya de la naturaleza. En los fondos rocosos, la vida se manifiesta con extraordinarios cambios de forma y color: algas, falsos corales y multitud de diferentes peces entre los que despunta el mero, también conocido como el rey del roquedo.

Buceadores en el Cabo de Gata. Foto: Archivo EFE.
Buceadores en el Cabo de Gata. Foto: Archivo EFE.

4 Comer. Otro placer en el Cabo de Gata

Comer en el Cabo de Gata no es especialmente caro, pero escasea la oferta a pie de playa: al tratarse de espacios naturales, los chiringuitos que se acumulan en otras zonas de costa, aquí son especies exóticas.
En las poblaciones hay clásicos como La Ola, el restaurante más valorado por los seguidores de TripAdivor en Níjar. Se encuentra en la Isleta del Moro y suele tener fama por su pescado frito y sus vistas al mar. Es recomendable reservar.
Una opción diferente es el Asador de la Chumbera, en las inmediaciones de Agua Amarga. Carne a la brasa, pescados de la zona y buenos vinos componen una alternativa digna de una ocasión especial. En el verano cuenta con una zona chill out donde terminar la cena de forma relajada.

5- Con niños, al Oeste

Puede que el plan del Cabo de Gata se relacione más con un turismo de adultos, pues implica accesos difíciles a las playas, deportes… pero como cada vez hay más familias aventureras, que viajan con sus hijos por cualquier rincón, hay que explicar que en el Cabo de Gata hay también sitio para los pequeños. Y distintas atracciones: en el desierto de Tabernas, a pocos kilómetros del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, encontramos los antiguos decorados de poblados del Oeste utilizados en multitud de películas western en las décadas de los 60 y los 70.

Ya hace uno años que el director Sergio Leone filmó la mítica trilogía del dólar, protagonizada por Clint Eastwood -Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo-, y pasaron por allí Lawrence de Arabia, Cleopatra o Indiana Jones. pero hay tres poblados que siguen “vivos” y ofrecen espectáculos a sus visitantes. Uno de ellos, Oasys, cuenta con una reserva zoológica donde se puede ver caimanes, osos, linces, flamencos enanos, canguros, jirafas, hipopótamos y tigres, además de un aviario y un reptilario. Fort Bravo y Western-Leone ofrecen caballos de alquiler y espectáculos de recreación.

El Cabo de Gata es un destino diferente que ha conseguido salvarse del turismo masivo y ha transformado su aridez en calidez para el viajero que recala en cualquiera de sus innumerables rincones.

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