La Comisión Europea (CE) va a comenzar una campaña para combatir los excesos pesqueros en el Mediterráneo -donde más del 90 % de las especies están sobreexplotadas- que apuesta por aumentar la cooperación entre todos los países que pescan en esas aguas.
El titular europeo de Pesca, Karmenu Vella, habló este miércoles de la campaña durante la Seafood, una de las ferias pesqueras más importantes del mundo, el mismo día en que Bruselas acogió una conferencia ministerial de países mediterráneos en relación con la pesca.
La iniciativa “MedFish4Ever” (PescaMedParasiempre) plantea cinco acciones, empezando por la necesidad de concentrar los esfuerzos sobre las “especies clave”, es decir, las más explotadas y que tienen mayor valor socioeconómico, entre las que figuran la merluza o la sardina.
La CE pretende mejorar la gestión de esas pesquerías con medidas técnicas y estableciendo volúmenes y límites de capturas.
Bruselas plantea coordinar los esfuerzos a nivel nacional, bilateral, europeo e internacional y ayudar a los países terceros en su gestión pesquera, además de atender al impacto socioeconómico de las medidas de conservación.
La CE recordó que el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca y el Instrumento de Vecindad Europeo ofrecen oportunidades de financiación para ayudar a responder a todos estos retos.
El secretario general español de Pesca, Andrés Hermida, dijo por su parte a la prensa que pese a las acciones de los últimos quince años, que incluyen la declaración de Venecia de 2003, el reglamento del Mediterráneo de 2006 y las medidas que países como España han adoptado para la gestión integral de esas aguas, “la situación del caladero no está mejorando”.
“Tenemos que hacer más. Tenemos que poner en marcha medidas que puedan ayudar a esta recuperación del Mediterráneo”, añadió Hermida, que se refirió al carácter “especial” de ese mar, casi cerrado, donde no solo pescan países comunitarios sino también los africanos y algún asiático.
“Tenemos que buscar fórmulas que puedan ser asumibles”, subrayó el secretario de Pesca, que añadió que España propone un conjunto de medidas que solo tendrán éxito si se llevan a cabo “entre todos”.
En particular, indicó que España cree que se debe regular de alguna manera “la pesca deportiva en aquellas especies que compiten con la pesca profesional” y contar con un sistema “de vedas y de cierres temporales o permanentes, que pueda ser propuesto por el propio sector”.
También mencionó algunos límites en la pesca de cerco, o utilizar las ayudas financieras de la UE a la paralización definitiva de los armadores o propietarios de buques, que acaban en 2017, para aquellos que voluntariamente decidan dejar la actividad.

Por su parte, el secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, indicó que a los armadores les parece “muy bien” la campaña de la UE, algo de lo que el sector lleva tiempo alertando, indicó.
En el caso del sector pesquero español, la sobrepesca afecta tanto a las especies demersales, como la merluza, el salmonete o la gamba roja, como a las pelágicas, sobre todo a la sardina y el boquerón, explicó.
“No queda más remedio que adoptar medidas de forma consensuada entre todos, que partan del sector (…) que no solo se apliquen en la UE sino también en terceros países” ya que “esas especies son compartidas”.
La CE recordó que solo los países de la UE han puesto en marcha 42 planes de gestión nacionales para el Mediterráneo, pero que pese a las medidas la situación hoy es peor que en 2003 y cerca del 90 % de los stocks pesqueros analizados están sobreexplotados.
La organización Oceana valoró la iniciativa de la CE, aunque lamentó que llegue con “una década de retraso” y subrayó que los países deben adherirse a sus compromisos y tomar acciones de inmediato.
Por su parte, WWF advirtió de que solo se podrá mejorar el estado de los caladeros si “todos los implicados actúan juntos” para “transformar la pesca mediterránea”, ayudar a los pescadores y lograr unos mercados pesqueros sostenibles.