Una catadora en un concurso de vino. Efeagro/Paco Campos

Una catadora en un concurso de vino. Efeagro/Paco Campos

CONCURSOS VINO

Catas por turnos y desinfección para mantener viva la competición entre vinos

Publicado por: EFEAGRO/Belén Delgado 5 de julio de 2020

Los concursos de vinos han tenido que elegir entre posponerse o adaptarse a las nuevas condiciones de la pandemia para mantener viva la llama de la competición, aunque sea con catas por turnos y mayores dosis de limpieza.

Fue la disyuntiva que se encontró la Unión Española de Catadores (UEC) organizando los Premios Baco, concretamente el Concurso Nacional de Vinos Jóvenes que este año ha cumplido 34 años y ha sido el primer certamen de este tipo en celebrarse tras el estado de alarma.

Hace unos días se dieron cita 65 catadores y, si en otras ocasiones probaban los vinos todos juntos en una jornada, esta vez tuvieron que dividirse en varios días, con un jurado por categoría, para guardar la distancia de seguridad y un aforo reducido.

Adaptación a la pandemia

“Ha sido posible porque hemos cambiado el formato”, afirma a Efeagro el director del concurso, Fernando Gurucharri, satisfecho por el nivel de participación, al haberse inscrito 517 vinos.

Explica que optaron por espaciar las catas en el tiempo y pedir a los catadores que les dedicaran una parte del día, puesto que, como profesionales, tienen su trabajo y sus agendas.

concursos de vino
Cata de una edición anterior de los Premios Baco. Efeagro/Santi Donaire

Algunos catadores no confirmaron su asistencia por miedo a no poder viajar o por precaución; otros acudieron con reticencias aunque, a medida que avanzaba el concurso, como comenta Gurucharri, “uno se va desinhibiendo y animando”.

“Tenemos ganas de darnos un abrazo en vez de los codos, pero con ciertas dosis de cabeza mantienes la distancia y superas los miedos que pueda haber estando reunidos y catando buenos vinos con carácter y expresividad como son los jóvenes”, remarca.

Un esfuerzo añadido han realizado este año estirilizando los utensilios, lavando las escupideras y las copas a más de 65 grados centígrados, así como desinfectando las sillas, los reposabrazos y hasta los bolígrafos, siguiendo las recomendaciones y “el sentido común”.

Retrasos en las fechas

Un certamen que sí tuvo que aplazarse fue el Concurso Internacional de Vinos y Espirituosos (Cinve), cuya 16ª edición tenía previsto celebrarse en Cáceres a finales de marzo y finalmente será entre el 10 y el 13 de septiembre.

El presidente de su comité organizador, Jimmy Lim, justifica la decisión teniendo en cuenta que en septiembre todavía “están a tiempo”: entonces se empieza a recoger la uva y todavía no hay cosecha de 2020, de forma que pueden “armonizarse” las condiciones de los productores que compiten.

A las bodegas les interesa participar en estos eventos por ser una “promoción” que no cuesta tanto como la publicidad en los medios de comunicación, según Lim.

Sin embargo, después de que la covid-19 haya afectado especialmente al sector del vino por el cierre temporal de la hostelería y la restauración, serán los concursos los que “se clasifiquen a sí mismos”, al menos mientras no se vuelva a la “normalidad”, en su opinión.

“Los productores, si no tienen suficiente consumo, no dispondrán de presupuesto para acudir a los concursos y seleccionarán aquel que le convenga más” como, por ejemplo, los consolidados a nivel internacional, asegura.

El panorama europeo

Cinve no ha sido la única cita que ha visto alterados sus planes. El “Concours Mondial de Bruxelles” ha trasladado sus fechas de mayo a septiembre en la localidad checa de Brno y el “Challenge International du Vin“, en Bourg (Francia), se ha dividido en dos fechas -en junio y en julio- en función del tipo de vino.

En Alemania, la edición de verano del “Berliner Wine Trophy“, otra de las competiciones del mundo más prestigiosas, tendrá lugar del 2 al 4 de septiembre, en bloques de jurados que se alternarán tomando una serie de precauciones “para no poner en peligro la salud de las personas ni perder de vista el futuro de las empresas”.

En noviembre se reunirá el jurado del “International Wine Challenge“, el concurso inglés de mayor renombre, tras no haberlo podido hacer en abril por el riesgo que suponía la llegada de jueces procedentes de todo el mundo.

Mientras, otras competiciones han mantenido sus fechas previstas para seguir midiendo la calidad de los caldos y reconociendo los esfuerzos de las bodegas a nivel nacional e internacional.

El gerente de la UEC, Miguel Berzosa, reivindica la importancia de los concursos como “escaparates de la calidad de los vinos del mundo” y una “guía independiente para poder contar con referentes en las tiendas y comprar bajo estándares de calidad”.

El retraso o cancelación de estos eventos este año significará, a su juicio, que “el consumidor tendrá menos información en este tiempo”.

Ante tantas dificultades, Berzosa asegura que seguirán trabajando para mantener la celebración de los concursos, cumplir los protocolos de seguridad y ayudar al sector vitivinícola.

Secciones : Gastronomía