Los “gatos y gatas” celebran estos días en la pradera de San Isidro en el madrileño barrio de Carabanchel el día del patrón de Madrid que da nombre a esa zona y que une a la capital de España con los pueblos de la España más rural.
San Isidro es un santo urbanita nacido en Madrid, pero patrón del campo, cuyo nombre se homenajea en muchas empresas y cooperativas de un sector que le rinde tributo cada 15 de mayo.
En la capital, las fiestas se desarrollan por toda la ciudad, desde la pradera que lleva su nombre hasta otras zonas más turísticas como la Plaza Mayor y las instalaciones del Matadero que acogen conciertos y eventos con motivo de este día.
La tradición de esta festividad se remonta al momento en el que el cuerpo de San Isidro fue trasladado a la Iglesia de San Andrés, un 15 de mayo que, a raíz de ahí, fue coronado en conmemoración a este día Santo.
Los pueblos de San Isidro
Más lejos o más cerca de la capital, muchos pueblos de la España rural celebran este día con el mismo entusiasmo que el de la gran ciudad y con actividades dedicadas a poner en valor las tareas agrícolas.
Chulapos y chulapas bailando un chotis en el centro de Madrid. EFEAGRO
Por ejemplo, en la localidad jienense de Las Infantas, con apenas 500 habitantes, sus vecinos celebran al patrón del campo con una gran carpa en la que comen juntos y comparten el día.
En ella, degustan los productos típicos del pueblo que algunos vecinos, como Mari Muñoz, que fue “bautizada” como Dama de las fiestas hace dos años, llevan haciendo durante toda la vida.
La vecina explica en declaraciones a Efeagro que, para recaudar dinero con el que poder organizar los eventos de este día hace “rosquillos” que luego vende, uno de los postres más típicos de San Isidro.
En Pliego, una localidad de Murcia con 3.900 habitantes, también celebran esta festividad, una conmemoración con la que rinden honor al santo del campo a través de una romería, una verbena y diversas actividades.
Para este pueblo murciano, San Isidro es una de las celebraciones más representativas y con más participación, que se celebra desde los años ochenta.
En ella, bajan al santo desde la Ermita de la Virgen de los Remedios en romería hasta el Pasaje del Albergue, todo ello arropado por los trajes regionales y un desfile de carrozas por las calles.
Y también celebran San Isidro en el pueblo albacetense de Munera, donde la festividad está avalada, según detalla su Ayuntamiento, por la tradición agrícola de este pueblo, por ello realizan competiciones de carácter rural, como es el Concurso de Corte con Arado.
Muchas rosquillas
Uno de los productos más típicos y representativos del patrón de la capital de España y de los anteriores pueblos son las rosquillas, un dulce con una receta muy antigua que se remonta a la Edad Media y popularizada por la Tia Javiera en el siglo XIX.
Según cuenta la leyenda popular Javiera tenía un puesto en La Pradera de San Isidro y allí vendía unas rosquillas especiales con un dulce baño de color blanco, que fueron un gran éxito de inmediato.
A partir de ahí surgieron imitaciones y varias versiones para la cobertura de la rosquilla que con el paso del tiempo, se han convertido en los cuatro tipos que en la actualidad se producen: las tontas, las listas, las de Santa Clara y las francesas.
En Madrid, 500.000 consumiciones
A parte de las rosquillas y los postres típicos de esta fecha, en lugares como Madrid, se esperan unas 500.000 consumiciones diarias, la mitad en la terrazas según ha informado la asociación Hostelería de Madrid.
Con las actividades organizadas, concentradas fundamentalmente en el distrito Centro y Arganzuela, se prevé un incremento del 3 % en la hostelería de todo el municipio de Madrid.
Además, la asociación espera “una gran afluencia de público madrileño” para una festividad durante la que la población suele optar por quedarse en la ciudad a pesar de ser el lunes festivo, ha detallado Hostelería de Madrid.
El incremento en las previsiones de asistencia y consumo se debe a que este año, además de las fiestas patronales que se celebran alrededor del 15 de mayo, se han programado actividades adicionales con motivo del Año Santo de San Isidro.
Con rosquillas, o sin ellas, en la capital o un pequeño pueblo, San Isidro se celebra para recordar el valor de las tradiciones agrícolas y para llevarlas hasta el centro neurálgico de la gran ciudad.