Es el caso de Yara Erosa, nacida en Orlando (Florida) pero de origen cubano, visiblemente emocionada y nerviosa al pisar el suelo de Santa Clara, donde se casaron sus abuelos antes de emigrar a EE.UU. en 1961 y donde conocerá en persona a tíos y primos a los que sólo ha visto en fotografías.

"Vengo a visitar a mi familia por primera vez, porque solo los conozco a través de cartas y emails intercambiados durante años. Toda mi familia proviene de Santa Clara, hasta cinco generaciones", afirmó a Efe a su llegada al aeropuerto de esa ciudad del centro de la isla.

Más de 50 años sin vuelos regulares

Para Yara, la experiencia de viajar en el vuelo 387 de JetBlue procedente de Fort Lauderdale fue "inolvidable", una "mezcla de nervios, alegría y expectación" a bordo del Airbus A320, en el que también viajó el secretario de Transporte de EEUU, Anthony Foxx, así como directivos de la aerolínea.

"Estoy muy orgulloso de haber aterrizado en el primer vuelo comercial entre EEUU y Cuba en más de 50 años. Es increíble estar en Santa Clara y sentir el espíritu de la cultura de Cuba, no podemos expresar con palabras lo felices que nos sentimos", declaró a la prensa a su llegada el presidente de JetBlue, Robin Hayes.

Muchos se quedaron en tierra, pues el avión voló a Cuba al completo de su capacidad, copada en gran medida por periodistas, interesados en ser testigos de otro día histórico en la nueva relación entre Cuba y EEUU, que iniciaron un deshielo diplomático en diciembre de 2014 tras medio siglo de hostilidad.

"Viene mucha prensa y muchas personas que querían venir se quedaron sin espacio", explicó a Efe Fermín Navales, director de la agencia de viajes FDV, que se ocupó de vender los pasajes para este vuelo.

Navales, un cubano que reside en Miami desde hace doce años, también vivió este viaje de vuelta a la isla con "mucha ilusión", y con la esperanza de que la llegada de más estadounidenses a Cuba y esta nueva etapa de relaciones sirvan para propiciar "una apertura en la isla y que mejore la vida de todos los cubanos".

"Todos los pasajeros hemos llegado muy felices, muy contentos, algunos hasta con lágrimas de emoción", subrayó Navales, para quien la apertura de vuelos comerciales entre Cuba y EEUU no sólo abre oportunidades de negocio, sino también muchas más facilidades para estar en contacto con su familia que permanece en la isla.

No sólo había cubanoamericanos entre los pasajeros, sino también en la tripulación: tanto el capitán, Marcos Luaces, como el primer oficial Francisco Barrerasjo, son hijos de cubanos que se exiliaron en los años posteriores al triunfo de la Revolución en 1959.

La apertura de los vuelos comerciales entre Cuba y EE.UU. no sólo establece una conexión regular, sino que además permite viajar a precios que rondan los 200 dólares ida y vuelta (unos 180 euros), mucho menos de lo que había que pagar hasta ahora a la compañías de vuelos chárter que comunicaban los dos países.

A pesar del inicio de los vuelos comerciales y de la ansiedad de muchos estadounidenses por conocer la "isla prohibida", todavía no se producirá una avalancha de visitantes, ya que los ciudadanos de EE.UU. todavía no están autorizados para viajar como turistas a Cuba, sino que deben acogerse a alguna de las doce categorías permitidas.

Próximos pasos

La llegada del vuelo 387 de JetBlue a Santa Clara es el primer fruto del acuerdo sobre aviación civil que Cuba y EE.UU. rubricaron en febrero, que prevé hasta 110 conexiones de ida y vuelta al día, que ya están adjudicadas al completo, aunque algunas aerolíneas no empezarán a operar hasta el otoño.

En los próximos días se iniciarán también vuelos a otras ciudades cubanas como Cienfuegos, Camagüey, Holguín o Varadero; pero queda pendiente que se anuncie cuándo comenzarán a operar las aerolíneas aprobadas para volar a La Habana, principal destino de Cuba, cuya adjudicación llevó más tiempo debido al gran número de solicitudes.