La industria de pescados ahumados alerta del “caos” que está generando una subida de impuestos al salmón en Noruega. Problemas con los proveedores, dificultades para cumplir la Ley de la Cadena Alimentaria y la incertidumbre pese a que hay buenas previsiones de consumo del alimento.
Noruega, líder en la exportación de salmón, ha introducido en enero una subida fiscal sobre la renta del 40 % a su producción acuícola que elevaría el tipo impositivo al 60 % aproximadamente, y que preocupa a los fabricantes de ahumados por los costes y porque está alterando las relaciones contractuales para importarlo.
Entre sus consecuencias, destacan los problemas al calcular el precio y un funcionamiento con poca previsión que también dificulta cumplir la Ley de la Cadena Alimentaria, según la Asociación Española de Fabricantes de productos de la pesca Ahumados (Anapa).
Este desorden se produce precisamente en un momento en el que las previsiones de ventas de salmón noruego son positivas, ya que es uno de los pescados favoritos de los españoles, y de moda por el “poke” o el “sushi”.
La transformación de pescados ahumados genera más de 340 millones de euros en España, según los datos de Anapa, que aglutina a nueve empresas y un 83 % del total del sector, con el salmón como producto principal.
Aparte, el salmón es la materia prima de otras industrias que lo venden en rodajas o congelado.
Noruega comercializó en España 96.670 toneladas de salmón en 2022, por 72,8 millones de euros, lo que supone un descenso del 3,1 % en volumen y un crecimiento del 21,8 % en valor, según datos facilitados a Efeagro por el Consejo noruego de Productos del Mar.
“No podemos trabajar y se notará en el supermercado”
El secretario general de Anapa y de la patronal conservera Anfaco, Roberto Alonso, describe a Efeagro la preocupación en la industria, “segundo eslabón” entre los productores y el consumidor y asegura que esta situación se va a reflejar en la venta al público: “Así no podemos trabajar”.
Explica que Noruega introdujo el impuesto el 1 de enero, en paralelo a una consulta pública, pero el Parlamento nacional emitirá su decisión final en mayo y junio y en este momento el método de cálculo suscita gran incertidumbre.
Una tasa vinculada al precio corriente en el índice Nasdaq, lo que significa una cotización “cortoplacista” en un momento de dificultades económicas de los acuicultores, quienes “desconocen el escenario que se encontrarán tras dicha medida”, lo que impacta en los contratos con sus clientes, entre ellos los españoles, según Alonso.
Por ello, las patronales de las industrias de ahumados de los países comunitarios han pedido que intervenga la Unión Europea (UE) para solucionar esta coyuntura, ante la inquietud sobre la disponibilidad de materias primas y la competitividad de las fábricas.

“Los proveedores juegan a no saber cómo vender y hasta afecta a los planes de cultivo”, recalca Alonso.
El director del Consejo de Productos del Mar de Noruega en España, Bjorn-Erik Stabell, afirma, en declaraciones a Efeagro, que el principal efecto ha sido la incertidumbre sobre los precios y la complejidad para la planificación empresarial.
Pero recalca que de momento la repercusión del nuevo gravamen en la venta es limitada.
Ha admitido que algunos productores se han mostrado reacios a hacer contratos con sus clientes o han tenido que ofrecer precios que compensaran la “inseguridad” sobre el cálculo del impuesto lo que dificulta cerrar operaciones a largo plazo.
Relación con la Ley de la Cadena Alimentaria
Otra consecuencia, según Alonso, es la dificultad para cumplir las medidas de la Ley de la Cadena Alimentaria para evitar la venta a pérdidas (por debajo de coste).
Esto se debe, añade, a que las empresas necesitan una previsibilidad en sus cálculos, y la política fiscal de Noruega provoca “inseguridad jurídica” y decisiones improvisadas.
Buenas perspectivas de ventas
Las exportaciones de salmón han crecido las tres primeras semanas de 2023, según Stabell, quien augura una subida en España, donde la venta de pescado se puede ver beneficiada por el aumento del consumo de los ciudadanos en los hogares para ahorrar frente a la inflación.
No obstante, dentro de la hostelería la venta está en alza para la elaboración de “sushi”, “sashimi” o “poke”, fórmulas que también se encuentran en las bandejas de los lineales del supermercado.