El regreso un año más del GP de España de moticiclismo a Jerez a partir del 3 de mayo, pone de relieve la versatilidad de ocio de este destino gaditano que, durante décadas, ha sido conocido por sus vinos y sus espectáculos ecuestres.
Un buen ejemplo de ello es el Gran Premio de España de MotoGP que se celebra un año más en el circuito de velocidad de Jerez. Este año, la fiesta se adelanta unos días con un calendario de actividades en torno a la competición que comienza el 27 de abril con una concentración de automóviles y motocicletas clásicos.
Un concurso de pintura, una exposición de motos de competición, firmas de pilotos como Álvaro Bautista y un concierto a cargo del artista jerezano Nacho Salmerón completan el programa de actividades para animar a los visitantes a disfrutar de Jerez sin las prisas de las carreras.
El Jerez de los jerezanos
Un buen paseo por la calle Larga, centro comercial y de convergencia de la ciudad, nos sirve para adentrarnos en el corazón de un Jerez que bulle con gentes que disfrutan de las numerosas terrazas de la zona en las que degustar una copa de vino y tapas con la esencia de la mejor gastronomía. La Plaza del Arenal, el Mamelón, la Placita del Banco, la de Plateros o la de Rafael Rivero acogerán al visitante con la alegría de sus gentes.
Todo ello de paso por una arquitectura con un toque muy personal y diferente, como el estilo mudéjar jerezano de la Iglesia de San Dionisio o el monumental Barroco de la Catedral.
La construcción de la Catedral de Jerez se inició en 1695 sobre las bases de la mezquita mayor de Jerez y la Iglesia del Salvador. El minarete de la mezquita es hoy la torre del campanario, de un estilo mudéjar que contrasta con el Barroco del resto del edificio. En su interior, la Virgen Niña, de Zurbarán, destaca entre las numerosas pinturas de su colección.
En la Cartuja de Santa María se mezclan el gótico, el barroco y el plateresco
Tampoco hay que pasar por alto la Cartuja de Santa María de la Defensión. Bien de Interés Cultural, este monasterio es considerado el monumento religioso más importante de la provincia. Con estilos que van del Gótico Flamígero al Barroco pasando por el Plateresco, este conjunto de mediados del siglo XV cuenta con joyas como su pórtico de entrada, la capilla de Santa María de la Defensión, el patio de los Arrayanes o la Capilla de los Caminantes. Este lugar es además conocido por ser la cuna del caballo cartujano, una casta que se formó a partir de la yeguada que históricamente criaban los monjes en la dehesa del Alto Cielo.
Para terminar este recorrido monumental, paramos en el barrio de San Miguel, cuna de Lola Flores y una de las zonas más señoriales de Jerez. La Iglesia de San Miguel o el Palacio de Villapanés son algunas de las paradas imprescindibles.
Cuna del flamenco
Jerez es considerado el lugar del origen del flamenco. En el pasado siglo, esta ciudad ha visto nacer y crecer como artista a algunos de los mejores cantaores, bailaores y guitarristas del género. A caballo entre el barrio de Santiago y el de San Miguel surgió la bulería y, para rematar la relación de Jerez con la música flamenca, en esta localidad se ha instalado el Centro Andaluz de Flamenco, en pleno corazón del barrio de Santiago y en el edificio del siglo XVIII del Palacio de Pemartín.
El Centro Andaluz de Flamenco cuenta con una interesante biblioteca especializada en el género y un archivo fonográfico que nos traslada a los registros sonoros más antiguos de flamenco.
En los tablaos jerezanos, aún hoy, se pueden escuchar las actuaciones de algunos de los mejores artistas de toda Andalucía. Recitales, Peñas Flamencas y el Festival Internacional de Flamenco de Jerez -que se celebra habitualmente entre los meses de febrero y marzo-, completan la oferta flamenca de esta ciudad que, por mucho que pasen los años, sigue rindiendo culto a la música que habita en sus raíces.