La Unión Europea (UE) aplica, desde el 1 de enero, un sistema de identificación para pesqueros mediante un número de la Organización Marítima Internacional (OMI). El objetivo es controlar mejor a su flota y a barcos de países terceros que llegan a sus aguas.
Con la llegada de 2016 ha entrado en vigor un reglamento de la Comisión Europea (CE) que exige el número de la OM a una parte importante de la flota comunitaria y para todos los buques de terceros países autorizados a faenar en caladeros de la UE; forma parte de las actuaciones de control contra la pesca ilegal.
La identificación se aplicará a buques comunitarios (o controlados por operadores comunitarios) que tengan por lo menos 100 toneladas de arqueo bruto o, como mínimo de 24 metros de eslora, y que operen en aguas de la UE, según el texto de la normativa.
También será obligatoria para la flota de la UE que tenga 15 metros o más de eslora y que faene fuera de caladeros comunitarios.
Las organizaciones WWF, Oceana y Enviromental Justice Foundation (EJF) han celebrado, en un comunicado, el nuevo sistema, porque posibilitará que los buques “cuenten con un número de identificación único durante todo su ciclo de vida, desde su construcción hasta el momento de su eliminación”.
Según las ONG, el registro de la flota de la UE incluye a 8.205 buques de más de 15 metros de eslora y a 2.856 que superan los 24 metros, pero sus datos no precisan dónde faenan estas embarcaciones.
Un sistema voluntario hasta ahora
Hasta hace poco, según los ambientalistas, el programa de la OMI que asignaba números de identificación únicos excluía explícitamente a los pesqueros, si bien desde 2013 se les permitió adherirse a esa acreditación de forma voluntaria.
“Es una reforma clave que ayuda a cerrar una laguna jurídica existente durante décadas, que permitió a pesqueros de todo el mundo eludir el escrutinio respecto a sus operaciones”, según el comunicado.

Según el director ejecutivo de EJF, Steve Trent, supone “una poderosa señal de que la pesca tiene que volverse más transparente (…) Es ridículo que los aviones, los automóviles e incluso las vacas tengan códigos de identificación que permiten un seguimiento durante toda su vida”, pero que los pesqueros no dispongan de ellos.
“Este hecho ha permitido a operadores sin escrúpulos pescar ilegalmente en un país y a continuación cambiar rápidamente de identidad y nacionalidad para hacer lo mismo en otra parte”, según Trent.
La directora de campañas de pesca de Oceana, María José Cornax, ha asegurado que la numeración OMI podría “reducir en 19.000 millones de euros las pérdidas anuales que la pesca ilegal genera en las economías mundiales”.
Las ONG han pedido que otros países “sigan el ejemplo” y ha reclamado a la UE que también exija a los buques industriales que importan productos pesqueros la identificación con números OMI.
La información sobre el buque que se asocia a un dígito OMI tiene que ser actualizada regularmente y, en este sentido, las ONG han solicitado que se recopilen los datos en un “registro mundial” de buques.