El sector vitivinícola es optimista ante las previsiones de vendimia para este año. La campaña, sin problemas sanitarios en las vides, comenzará con retraso y recuperará los niveles normales de producción tras su descenso en 2017.
Cooperativas Agro-alimentarias de España prevé una producción de vino y mosto entre los 42 y 43 millones de hectolitros en 2018, una cifra “normal” y muy similar a la de 2014 (44,41 millones hl), 2015 (43,25 millones hl) y 2016 (44,22 millones hl) y muy superior a la de 2017 (35,50 millones hl).
Esta horquilla de producción es “provisional” -han advertido en un comunicado fuentes de esta organización-, ya que “la cosecha no está tan adelantada como el año pasado y la meteorología, siempre incierta, podría incidir en el desarrollo del viñedo en las próximas semanas”.
Optimismo en el sector ante la próxima campaña
A su juicio, tanto en España, donde “el sector espera con optimismo la cosecha 2018″, como en la Unión Europea la producción será normal en un año en el que el hemisferio sur ha registrado un una vendimia “ligeramente superior a la del pasado año”.
Han explicado que esta campaña vitícola se ha caracterizado por un otoño muy seco, lluvias abundantes en primavera que ayudaron a recuperar el viñedo -especialmente el de secano, muy castigado por la sequía del pasado año- y alguna helada importante.
Sin problemas sanitarios en las vides
Respecto a la sanidad del viñedo, los técnicos de Cooperativas han confirmado que en general es “muy buena” debido a las condiciones climáticas y hay buena muestra de fruto, aunque hay zonas muy concretas que se han visto afectadas por heladas o granizo.
En cuanto a la comercialización, han señalado que “las existencias son menores que en la pasada campaña, lo que hace prever una campaña tranquila”.
Respecto a las exportaciones, han indicado que se mantienen a pesar de la menor cosecha en 2017 y “gracias a la calidad de los vinos españoles, una calidad por la que hay que continuar apostando para conseguir incrementar el valor en todos los eslabones de la cadena vitivinícola”.
Retrasos de diez días en el comienzo de la vendimia
La vendimia en Castilla-La Mancha empezará este año con unos 10 días de retraso con respecto a campañas anteriores, a consecuencia de la climatología, según cálculos de la Consejería de Agricultura, que prevé que comenzará en torno al 10 de agosto o a mediados del mes.
El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha avanzado que salvo este pequeño retraso en el inicio, el departamento prevé que sea una campaña normal, en la que habrá un ligero aumento en la producción con respecto al año pasado, aunque estará en la media de los últimos cinco años.

A preguntas de los periodistas, Martínez Arroyo ha avanzado que probablemente la campaña, consecuencia de la climatología, se retrase alrededor de 10 días y que, si este pronóstico se cumple, hacia el 10 de agosto, aproximadamente, se empezarán a recoger las variedades más tempranas, cuando en 2017 empezaron a recogerse prácticamente el 1 de agosto.
Ha añadido que “en Castilla-La Mancha están todas las variedades del mundo, no hay ninguna otra región vitícola que sea capaz de elaborar vino de cualquier variedad como nosotros” y esto hace que desde hace unos años la vendimia empiece muy a primeros de agosto y acabe prácticamente a mediados de octubre
Pero, probablemente este año lo que va a suceder es que la vendimia se va a concentrar un poco más, empezando por las variedades más tempranas, entre el 10 de agosto y mediados de mes, ha reiterado.
2017, un año “difícil” en producción pero con buenos precios
El cuando a la producción, Martínez Arroyo ha comentado que el pasado fue un año “excepcionalmente difícil” en producción aunque no de rentabilidad, porque fue el precio de la uva “fue muy bueno”.
Esta circunstancia “ha permitido que el sector vitivinícola hoy esté mejor que el año pasado“, ha apuntado el consejero, que ha destacado “llevamos una línea ascendente muy buena, independientemente de que las cosechas sean más o menos grandes, y este año lo que esperamos es un ligero aumento con respecto al pasado y situarnos en la media de los últimos cinco años”.
Es decir, será una campaña normal, “aunque como siempre se verá afectada por los días que vienen, sobre todo en el mes de agosto, que es clave para saber qué producción puede haber en Castilla-La Mancha”, ha puntualizado Martínez Arroyo.
En este sentido, ha señalado que espera una producción “que nos va a permitir seguir conquistando el mercado con esa apuesta que entre todos hemos hecho por la calidad con una reducción del rendimiento medio por hectárea en Castilla-La Mancha y volviendo a apostar por las variedades que demandan los consumidores, por ejemplo en la reestructuración de viñedo“.
Se trata de que los viticultores reestructuren “con las variedades que al final los consumidores eligen al comprar una botella de vino, bien en la restauración o en la distribución”, ha subrayado.