En la presentación de la guía de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) sobre alimentación saludable y sostenible en residencias y centros de día, Garzón ha asegurado que las personas mayores son "especialmente vulnerables".

Ha apuntado que en muchos casos estas personas "no pueden quejarse" por su estado de salud, lo que aprovechan ciertos centros para "librarse de su responsabilidad de dar una alimentación digna".

Según el ministro, la guía presentada está dirigida a las comunidades autónomas, con competencias en la materia, para que pongan en práctica sus recomendaciones.

"Las comunidades autónomas tienen que aprender de muchos errores porque en los últimos años se han puesto muchas reclamaciones y denuncias" de familiares que se quejaban de la falta de una alimentación saludable en las residencias, ha añadido Garzón.

El titular de Consumo ha instado a escuchar a los científicos y adoptar hábitos alimentarios sanos y sostenibles que garanticen el futuro del planeta, amenazado por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Ese enfoque es el que se emplea en la nueva guía de alimentación para las residencias de mayores, según Garzón, que ha subrayado que estas personas son "vulnerables" al igual que los niños, que "corren el riesgo de que otros actores puedan aprovecharse y ofrecer productos que pueden ser perjudiciales por su consumo compulsivo".

La directora ejecutiva de la Aesan, Isabel Peña-Rey, ha destacado que las recomendaciones nutricionales para las personas mayores "no deberían ser diferentes a las de la población general", aunque las dietas se deben individualizar "al máximo posible".

"El momento de la comida es el más esperado del día", por lo que se trata de hacerlo agradable e intentar mantener las preferencias de estas personas, según la responsable.

Alimentos frescos y nutritivos

El documento señala que esta población tiene la necesidad de aumentar las proteínas para incrementar su masa corporal con legumbres, huevos, lácteos, pasta, arroz, hortalizas y otros alimentos frescos.

También se recomienda el consumo de frutas, hortalizas, lentejas, espinacas o huevos para evitar el déficit de vitaminas y otros micronutrientes, así como el de lácteos fáciles de consumir y líquidos que no sean azucarados para mantener la hidratación.

Comer pescado sin espinas y fácil de digerir más de tres veces a la semana y carne otras tres veces a la semana son otras de las sugerencias de la guía, que insiste en la importancia de beber agua y tomar alimentos en forma de gazpachos o purés.

Las residencias deberían servir entre cinco o seis comidas al día en función del ritmo de las personas mayores, y elaborar las dietas cada semana sobre una base común e incorporando las especificidades de cada persona, incluidas sus restricciones médicas.

Además, se insta a elaborar distintos platos con diferentes colores y sabores, con alimentos cocidos, al vapor, asados y condimentados con hierbas, mientras que se deben evitar las frituras y los rebozados, y hay que cocinar en el momento más próximo a la comida para mantener la temperatura de los alimentos.

El nutricionista Juan Revenga ha resaltado que hace falta invertir recursos en personal sanitario especializado, dietistas y nutricionistas en estos entornos, con la intención de adquirir materias primas preferentemente frescas y alejadas de los alimentos precocinados o de peor calidad.