Si no puedes huir del asfalto ni del calor de Madrid, no desesperes. La ciudad está llena de rincones para escapar de la ola de calor y para reducir el estrés. Terrazas escondidas, patios y pequeños oasis que te harán olvidar que no estás de vacaciones o disfrutar de ellas.
1. Palacio de Santa Bárbara
Puede que cualquier terraza del centro de Madrid sea insoportable hasta que no baja el calor. Sin embargo, este espacio te hará olvidar que estás rodeado de asfalto. Una librería, un huerto, cerveza fresca y una cocina original para paladares exigentes. Además, puedes desarrollar tu creatividad con originales talleres y degustaciones en este espacio que busca unir ocio y gastronomía, solo durante el verano.
Terraza Manzana-Mahou, Calle Hortaleza, 87.
2. La “falsa” terraza
Con toda la luz de una terraza, pero sin el calor que estos días acecha Madrid, Tatel es uno de los nuevos locales de moda en los que puedes refugiarte. El restaurante, un espacio de 800 metros cuadrados inspirado en los años veinte, con una decoración desenfadada y en movimiento, está dividido en un comedor, un lounge y un escenario musical central en el que se inicia cada noche un espectáculo en directo. La cocina, española, creativa y con el aval de deportistas como Rafa Nadal y Pau Gasol, socios del local.
Tatel, Paseo de la Castellana 36-38.
3. Palacio de Linares
Si algo bueno tiene Madrid en verano es que puedes atravesar la ciudad en menos tiempo. Aparcar no se convierte en un infierno y si vas en transporte público dejarás de sentirte como una sardina enlatada. Es un buen momento para explorar esos rincones del centro que no te atreves a pisar en otro momento del año, porque la hora punta te dejaría atascado a mitad de camino. La terraza de la Casa de América es perfecta para quitarte el estrés. Está en el mismísimo Paseo del Prado, aunque olvidarás que estás en el centro urbano gracias a su agradable jardín interior, poblado de árboles y flores.
Cien Llaves, Plaza de Cibeles, 2.
4. Con contraseña

Si lo tuyo es ir de bares, sabrás que Ponzano se ha convertido en uno de los centros neurálgicos del bareo cualquier día de la semana. En esta calle se esconde La Contraseña, un restaurante-bar con varios ambientes, deliciosas tapas, luminoso jardín interior y un espacio privado, « El escondido ». Croquetas de carabinero, pulpo a la parrilla con patatas confitadas o burrata sobre tartar de tomate te pueden ayudar a superar cualquier día de la semana.
La Contraseña, Ponzano, 6.
5. Como en un ‘cottage’ inglés
Un restaurante sencillo y sin pretensiones con buena cocina y una terraza ajardinada de lo más agradable. Un pequeño pulmón verde en el Barrio de Salamanca… ¡Escondido en un párking! Es “Donde Mónica”, un pequeño local familiar. Cocina tradicional de toques internacionales, con platos como la carrillera confitada en vino tinto con cuscús, o el wok de noodles con verduritas y pollo al estilo thai.
Donde Mónica, Padilla 3.
6. Noches de Ópera
Un clásico de Chamberí con buena cocina Navarra, en el que podrás viajar en el tiempo porque sus salones son como los de un palacete romántico del siglo XIX. Con su piano de cola, en el interior, o su terraza ajardinada, te olvidarás de que estás en Madrid. Y si te gusta la ópera, no te lo pierdas, porque puede que los camareros te den alguna sorpresa.
La Favorita, Covarrubias, 25.
7. Entre cedros centenarios
Cocina tradicional de calidad, lejos del centro. Un lugar tranquilo, discreto y elegante para desconectar con amigos, en familia o en pareja. Puedes darte un homenaje con el taco de buey con patata trufada o, si eres más de pescado, pizarra de rape a la brasa sobre txangurro con patatas confitadas. Y de postre, elige un clásico: tarta fina de manzana con helado de vainilla, postre de chocolate o milhojas de hojaldre con crema pastelera.
Los Cedros, Allendesalazar, 4.
8. Huerto urbano
Arrancar las verduras de la tierra y degustarlas segundos más tarde en el centro urbano de Madrid. Puedes hacerlo en el restaurante “Las Raíces del Wellington”, un espacio “autosostenible” que se abastece de sus propios productos, plantados en la azotea. Se trata del huerto más grande del mundo plantado en la azotea de un hotel, que cuenta ya con 14 parcelas de cultivo ecológico, en 300 metros cuadrados, en los que se pueden encontrar más de 35 variedades de plantas, con unas vistas impresionantes de Madrid. Para degustar las creaciones del chef, Floren Domezáin te acoge en el patio interior del hotel, en un espacio que recuerda al de un invernadero.
Las Raíces del Wellington, Velázquez 8.