El programa de vuelos tripulados de la Agencia Espacial Europea, un proyecto de viajes en globo que permite experimentar la ingravidez y hasta un sorteo de un viaje gratis al espacio demuestran que, muy pronto, el turismo espacial dejará de circunscribirse al ámbito de la ciencia ficción.
Llevamos años hablando del despegue del turismo espacial, pero parece que será 2014 cuando por fin será posible viajar al espacio por placer y sin la preparación que se suele exigir a los cosmonautas. En una conferencia en el marco de la Feria Internacional del Turismo de Madrid (Fitur), el astronauta Pedro Duque lo dejaba caer: “los primeros viajes se pueden producir incluso este año”.
Sin embargo, él mismo matizaba sus palabras diciendo que “aún queda mucho” para que una persona con un nivel de ingresos normal pueda permitírselo. “Hay que quemar etapas que hagan esto más accesible, como pasó en la aviación”, ha relatado, refiriéndose a que entonces una persona tenía que ahorrar durante un año o dos para volar en avión.
“Aún queda mucho” para que una persona con un nivel de ingresos normal pueda permitírselo
Más allá de la faceta de ocio y realización espacial que conlleva la posibilidad de viajar al espacio, el turismo más allá de la atmósfera terrestre es una buena manera para que organizaciones como la Agencia Espacial Europea (ESA) consigan financiación para sus proyectos de investigación, necesarios para que la ciencia y la tecnología sigan avanzando.
“Las experiencias en el espacio nos permiten llegar más allá de lo que es posible en ese momento. De esta manera los conocimientos de ciencia van avanzando y a todo el mundo le beneficia”, relata Duque.
España, en el espacio
Aunque cueste creerlo, hubo un tiempo en que España lideró la industria aérea, tal y como recuerda el ingeniero aeronáutico José Mariano López Urdiales. Su referente es Emilio Herrera, un ingeniero aeronáutico español que en los años 30 diseñó un traje y una escafandra para ascender en globo a la estratosfera y así poder estudiar las diferentes capas de la atmósfera.
A López Urdiales, la idea de ascender a la estratosfera en globo no le parece descabellada, más bien todo lo contrario, “es la forma más demostrada y segura”, tal y como se comprobó con la proeza del austriaco Feli Baumgartner, que hace solo unos meses se lanzaba en paracaídas desde más de 39.000 metros de altura. Por eso, López Urdiales ha puesto en marcha la compañía Zero2Infinity, que ofrecerá una experiencia similar a la de Baumgartner con la ventaja de que “nuestras ventanas son muy grandes”.
Emilio Herrera, un ingeniero aeronáutico español, en los años 30 diseñó un traje y una escafandra para ascender en globo a la estratosfera
“La tecnología es lo que hace caros los viajes espaciales. Cada dos años, esta tecnología se abarata a la mitad. Ordenadores, fibra óptica, máquinas de cálculo se rebajan, pero viajar al espacio no cambia de precio. Esto es porque aún no es una experiencia comercial”, analizó López Urdiales en el foro tecnológico Fiturtech dentro de Fitur.
Este joven aeronáutico cree que solo en Shanghai puede haber 132.0o0 potenciales clientes del turismo espacial que pueden costearse una experiencia fuera de la Tierra, pero que debe ser Europa el continente que lidere la comercialización de estas experiencias “igual que lideramos el mercado de los relojes de lujo”.
Sobre si merece la pena el desembolso y esfuerzo que supone vivir unos minutos de ingravidez y contemplar la curvatura de la tierra desde lo alto de la estratosfera, López Urdiales no deja lugar a dudas: “puedes ver mil fotos del Taj Majal, pero hasta que no estás allí y lo ves entre brumas, no tomas conciencia de cómo es, y es importante que tomemos conciencia de que vivimos en un planeta”.
Ni siquiera hay que pagar
Que el precio no sea un inconveniente para frenar tus ganas de viajar al espacio. Eso es lo que han debido pensar los ejecutivos de una conocida marca de productos de higiene que han puesto en marcha la campaña Axe Apollo Space Academy que, durante todo el 2013 reclutará a 22 personas de más de 60 países para costearles un viaje al espacio. Uno de ellos puede ser español y para conseguirlo solo tiene que registrarse en la página web de la promoción, conseguir votos y, en una segunda fase, demostrar sus habilidades con pruebas que van desde desarrollar un traje de astronauta hasta experimentar una sesión de gravedad cero.
Solo en Shanghai puede haber 132.0o0 potenciales clientes del turismo espacial que pueden costearse esta experiencia
Sara Molina, responsable de la marca en España, ha explicado a Efetur los detalles del vuelo que sortean. “Se despega como en un avión normal, solo que verticalmente. En un minuto se rompe la barrera del sonido. En tres minutos ya estás a más de 60 kilómetros de la superficie terrestre y se llegan a superar los 103. Cuando superas los 100, ya puedes ser considerado astronauta”.
En total, un viaje de una hora en el que se experimenta la ingravidez, se puede disfrutar de la curvatura de la tierra y, en el descenso, hay que ser capaz de resistir a una presión que es “como si tuvieras a 4 personas encima”. Todo por vivir en primera persona una experiencia reservada, de momento, a unos pocos privilegiados.
Quienes quieran ir entrenando, pueden pasarse por Ifema este fin de semana; donde Axe Apollo Space Academy ofrece la posibilidad de montarse en un simulador espacial como el que utilizan los pilotos en sus entrenamientos