Ver caer el atardecer sobre la Bahía de Cádiz, disfrutar de una cata de vinos, acercarse a los Parques Naturales del Mediterráneo o degustar una cena romántica en alta mar… y todo ello, a bordo de un velero.

Aunque la mayoría de las veces asociamos el turismo de veleros a una actividad náutica que requiere cierta habilidad por parte de los navegantes, lo cierto es que son muchas las goletas que, navegando al modo tradicional, permiten al turista descubrir los rincones más escondidos de su lugar de vacaciones. No hay más que echar un vistazo a la web de Estaciones Náuticas para comprobarlo.

Espacios naturales

Llegar a espacios naturales poco accesibles por tierra, pero con el respeto que supone hacerlo a bordo de un barco que emplea el viento como medio de transporte. Se trata de una opción cada vez más común y que en la Estación Náutica de Benicarló-Peñíscola alcanza su máxima expresión con la posibilidad de participar excursiones a tres Parques Naturales diferentes: Islas Columbretes, Sierra de Irta y el Delta del Ebro.

También en el Mediterráneo, en la Estación Náutica de Sant Antoni i Sant Josep (Ibiza), es posible embarcarse en una nave completamente verde como es la goleta Alania, con un espíritu que busca minimizar el impacto de su actividad en el medio marino y que parte de recomendaciones para el pasaje como no tirar colillas de cigarros al agua o emplear en su higiene a bordo jabones biodegradables.

Lo sostenible no está reñido con la naturaleza, por eso a bordo de esta goleta se puede participar en actividades como un bautizo de buceo o paddle surf.

Y para estar aún más en contacto con la fauna marítima, en Gran Canaria es posible embarcarse en un viaje de avistamiento de delfines a bordo del Supercat -considerado el catamarán más grande del mundo- y la propuesta de Dolphin & Mogan que completa la experiencia divulgativa acerca de la vida marítima con una parada en el mercadillo del Puerto de Mogán donde poder ver y llevarse a casa un pedacito de la artesanía de la zona.

Para enamorados de la vela

Si tras la experiencia has descubierto tu pasión por la vela o, sencillamente, si buscas descubrir lo básico sobre navegación, son muchas las propuestas para recibir cursos de vela ligera o de catamarán, como las que se pueden disfrutar en la Estación Náutica de Santa Susanna (en la provincia de Barcelona).

También es posible adentrarse en la navegación activa en la Estación Náutica de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) donde se puede aprender el manejo del timón, cómo izar las velas o marcar el rumbo. En esta estación se organizan además otro tipo de actividades a bordo de veleros que no tienen tanto que ver con la navegación, pero que permiten disfrutar de una cena nocturna o una cata de vinos a bordo de un velero.

Y es que, después de tanto navegar, a veces apetece descansar un poco. En Gran Canaria, se puede subir a bordo del Aphrodite, una goleta construida en maderas nobles que permite llegar hasta la inaccesible playa de Güi Güi, disfrutar de la gastronomía local (papas arrugás, chorizo canario…) a bordo del velero o, sencillamente, relajarse al sol.

Antes de contratar tu actividad a borde un velero, recuerda que muchas empresas contemplan descuentos para niños de hasta el 50 %.

Un crucero a toda vela

Aunque menos habitual, también es posible disfrutar de un crucero a bordo de una goleta. Italia, Grecia o Turquía son algunas de las costas que surca el crucero Star Clippers, que con itinerarios que van de siete a once días propone disfrutar un crucero diferente.

El navío cuenta con todas las diversiones y actividades de un crucero tradicional, desde un cóctel bar hasta conciertos o música al piano, pero con la diferencia de que se hace a bordo de uno de los mayores veleros del mundo. Para recrear el ambiente de los antiguos navíos se han recuperado además actividades como las carreras de cangrejos, con premio para los ganadores.