Una imagen del Comic Con de San Diego en 2013. Foto EFE/David Maung

Una imagen del Comic Con de San Diego en 2013. Foto EFE/David Maung

Viajes con mi friki

Publicado por: Laura Cristóbal 2 de julio de 2014

Los frikis no necesitamos excusa. Lo mismo nos volvemos locos por un Campus Party donde compartir la última locura tecnológica, que soñamos con una entrada en la Comic-Con aunque no tengamos con qué pagarnos el disfraz de Iron Man. Hoy os confesamos cinco de los destinos por los que venderíamos nuestra alma a Obi Wan Kenobi.

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Comic-Con

Es la cita sagrada. El shangri-la de los frikis. Soñamos con ir y conocer a autores, directores, intérpretes y artistas que llenan nuestros comics, películas y libros. En San Diego, el Comic-Con internacional tendrá lugar del 24 al 27 de julio. Se creó en 1970 por un grupo de fans de la ciencia ficción (el friki aún no era moneda corriente en el mundo). Con los años se ha convertido en un encuentro fundamental, repleto de eventos, actividades, programas académicos y proyecciones. E, imposible ignorarlo, una oportunidad para que las estrellas de la televisión y el cine se den un baño de multitudes… frikis.

Friki ruta Amanecista

Frikismo cañí y cinéfilo. “Amanece que no es poco” es para sus fans una obra maestra del cine. Con José Luis Cuerda como el dios de ese mundo absurdo, hilarante y maravilloso donde los hombres brotan en el bancal y la moto con sidecar es un medio de transporte a la felicidad. Una ruta por los pueblos de la Sierra del Segura, en Albacete, permite a sus seguidores conocer los escenarios de su rodaje. E incluso un encuentro anual de “amanecistas” –recién celebrado- lo eleva a la categoría de asamblea donde intercambiar diálogos y personajes de esa historia que se rodó en Ayna, Liétor y Molinicos, y que como dicen sus organizadores provoca “todo tipo de escándalos y extravagancias que son muy vistosas, llaman la atención lo justo y no hacen daño a nadie”.

Un grupo de frikis amanecistas hacen su ruta en moto. Foto: Manu
Un grupo de frikis amanecistas hacen su ruta en moto. Foto: Manu 

Perdidos en “Lost”

Admitamos que no es una mala excusa para plantearnos viajar a Hawai. Además de las playas, las copas al pie del mar y los deportes náuticos, disfrutar de un paseo por las localizaciones de la serie que más discusiones ha desatado: qué fue del oso blanco, qué significan las series numéricas y que tenemos que pensar de ese ¿final? (existe hasta una enciclopedia sobre la serie de televisión). Con paradas tan curiosas como el Byoodo-in Temple, un templo budista en la isla donde se rodaron las escenas japonesas de Lost; la cascada en Waimea Valley, la playa donde se estrella el avión o las cabañas de “los otros”.

Todos a la cárcel

Vale, los castillos suenan a juego de rol, películas medievales y muchas princesas asomadas al foso esperando que las rescate algún caballero, aunque sea Shrek. Pero, alojarse en una cárcel medieval ya pide un escalón más en el frikismo histórico. Había una vez un castillo en Oxford, en El Reino Unido, construido allá por el comienzo del siglo XI. En el siglo XV, con el castillo abandonado, se transforma en sede de Gobierno, con sus juzgados y su cárcel del condado incluida. En 1888 se convierte en la “Prisión de su Majestad en Oxford” y ahora es un espectacular hotel de la cadena Malmaison con las celdas reconvertidas en habitaciones que combinan una buen dosis de historia, lujo y ambiente ya no tan espartano como en su época carcelaria. Con decir que se denominan la “Doble correcional” (en la “House of correction”), la “celda doble” o “celda superior”, y la suites toman sus nombres de los gobernadores de la prisión.

Destino la Tierra Media

Igual no te sabes de memoria la trilogía de “El señor de los anillos” y del “Hobbit” te gusta recordar que te leíste el libro. Pero hay algo mágico en pensar en Nueva Zelanda como destino porque allí Peter Jackson convirtió la literatura en imágenes de una belleza e intensidad indiscutibles. Así que, convertida Nueva Zelanda en la Tierra Media, hay casi 250 localizaciones del rodaje en sus tierras esperando al turista friki que quiera recorrer bosques, glaciares y cascadas casi hasta el mar. Sus citas imprescindibles tienen como nombre Hobbiton, Wellington, Piopio, Nelson, Twizel, Mount Cook, Pelorus River, el Parque nacional de Fiordland y Queenstown. Allí encontrarán 44 “hobbit holes” con sus chimeneas y parterres de flores, el mini museo de Weta Cabe con los personajes de las películas o vuelos en helicóptero por los glaciares donde se rodaron algunas de las escenas más espectaculares de la serie. 

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