La producción media de Japón es de apenas 30 toneladas a partir de variedades como arbequina, frantoio, nevadillo, manzanillo, missión o lucca, según el COI. España es el principal proveedor del país, por delante de Italia.
Los alimentos españoles están muy presentes en un país como Japón, que aprecia la gastronomía, su cultura -especialmente el flamenco- y lengua, aunque se trata de un mercado maduro y muy exigente que requiere productos de alta calidad e impecable presentación.
El aceite de oliva, como los vinos, bebidas y carnes, figuran entre los principales productos exportados al país del Sol Naciente.
En los últimos años, el “zumo de aceituna” ha afianzado su posición, cada vez más sólida, a lo que han contribuido de forma determinante las campañas puestas en marcha por la Interprofesional del Aceite de Oliva Español.
El japonés está dispuesto a pagar más por estas referencias que cuentan con gran prestigio, incluso en los ámbitos de la cosmética y el cuidado personal, sin olvidar los efectos saludables derivados del consumo del “oro líquido”, cada vez más evidentes a tenor de las conclusiones de diferentes estudios científicos difundidos en los últimos años.
Las importaciones japonesas de aceite de oliva y de orujo de oliva de España han pasado de las 19.502 toneladas de la campaña 2011/12 a las 33.757 de la 2016-2017, con lo que alcanza el 59 % de la cuota de mercado, según recoge el Consejo Oleícola Internacional (COI) en su último boletín informativo.

En total, Japón cerró las importaciones de aceite de oliva y aceite de orujo de oliva de la campaña 2016-17 con 56.853 toneladas (+0,2 %) desde todos los orígenes que, en un 98 % proceden de países europeos, principalmente de España, que gana 16 puntos de cuota de mercado entre los ejercicios 2011/12 (43 %) y 2016/17 (59 %).
Italia segundo proveedor
Italia es el segundo proveedor, con el 37 % de la cuota de mercado, aunque ha caído en 14 puntos en este mismo período, y en menores cifras figuran países como Grecia o Turquía.
El informe del COI recuerda asimismo que Japón también es un pequeño productor con una superficie aproximada de 500 hectáreas de olivos, el 85 % en sistema de cultivo “intensivo”, el 5 % en “superintensivo” y el resto en sistema tradicional.
La producción media de Japón es de apenas 30 toneladas a partir de variedades como arbequina, frantoio, nevadillo, manzanillo, missión o lucca, según el COI.