La agroecología, modelo de producción que tiene en cuenta cuestiones sociales, técnicas y ambientales, empieza a dejar de ser “minoritaria” y se perfila como una posible opción (soberanía alimentaria y empoderamiento) que colabore en frenar las migraciones por necesidades básicas.
Así lo han apuntado en declaraciones a Efeagro el responsable de Alianzas de FAO España, Arturo Angulo, y la presidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE), Dolores Raigón, quienes participan en la jornada sobre “Ampliar la agroecología para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)” en Madrid.
Según Raigón, los trabajos de la FAO han puesto de manifiesto que la agroecología juega un papel fundamental para alcanzar la soberanía alimentaria y, por tanto, poder hacer frente al problema social de los movimientos migratorios.
Agroecología y soberanía alimentaria
Los flujos migratorios (por cuestiones sociales y no políticas) se frenan cuando una comunidad tiene las herramientas para producir sus propios alimentos, puede crear empleo y fomentar el comercio (canales cortos), y las personas se quedan en los territorios a los que están vinculados, ha asegurado Raigón.
Ha apuntado que cuando hay un proyecto agroecológico dentro de un determinado territorio, la gente “tiene soberanía alimentaria, se vincula a un trabajo”, ya que con “algo que realizar y algo que llevarse a la boca” estas personas no tienen necesidad de migrar.
Angulo también ha coincidido con esta lectura y ha puesto además el acento sobre otro problema: la migración del campo a la ciudad.
Modelo agroecológico, dignificar al agricultor y empoderar a las personas
El “modelo agroecológico tiene un papel relevante” para afrontarlo, poner en valor el conocimiento y el trabajo del agricultor y empoderar a las personas para ser agentes críticos del cambio en la transformación de sus sistemas alimentarios.

En su opinión, “la población no quiere seguir en el ámbito rural, los jóvenes lo abandonan” porque “no está suficientemente valorado el trabajo en el medio rural” y hay que hacerlo “suficientemente atractivo y digno para que se quieran dedicar a la agricultura“.
Ante los actuales retos sociales, medioambientales y económicos “es un gran desafío ser un gran agricultor“, una figura que se puede fortalecer con el enfoque agroecológico, y contar con amplios conocimientos de su medio, del contexto social, de mercado, así como de las implicaciones ambientales que tiene su producción.
Agroecología, clave para transformar sistemas alimentarios
En este sentido, la presidenta de SEAE ha explicado que la agroecología ayuda al mantenimiento de la sostenibilidad y aporta soluciones para atajar o mitigar los fenómenos del cambio climático.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) exige una transformación de los sistemas agrícolas y la agroecología es, según Angulo, “clave para transformar los sistemas alimentarios y agrícolas”.
La paradoja del actual sistema alimentario es que “se producen suficientes alimentos para toda la población mundial, pero más de 800 millones de personas pasan hambre, desperdiciamos una tercera parte de lo que se produce y más de 1.900 millones de adultos padecen sobrepeso (de estos más de 650 millones son obesos)”, ha afirmado.
Repensar el actual modelo agroindustrial
Sin contar lo que ha calificado de “insostenibilidad” del actual modelo agroindustrial, que es “muy dependiente de los combustibles fósiles” y “está obligada a repensarse, tiene que haber una transición”; apostar por la agroecología es “avanzar en ese camino”.
Raigón y Angulo han confiado en que la jornada celebrada en el Congreso, tenga eco en los políticos y reflexionen sobre la necesidad de cambiar el actual sistema agroalimentario para ir hacia otro más sostenible ambiental, social y económicamente.