Abrió de nuevo sus puertas el pasado 29 de abril, a unos días de cumplir sus 44 años, para lucir su nueva imagen tras una reforma que lo ha renovado por dentro y por fuera “con el objetivo de ofrecer una infraestructura a la altura de su prestigio”, según explican fuentes del hotel.

Detallan que la reforma abarca desde pequeños detalles como la ropa de cama, de baño y de mesa hasta el revestimiento de la fachada y que, si bien se ha buscado un “aire de cambio e innovación”, se ha conservado la “estética azteca que siempre le ha caracterizado”.

Las 255 habitaciones se han reformado y reamueblado y todas ellas ofrecen vistas al mar. En la parte más alta del edificio se han añadido dos nuevas estancias que cuentan con amplias terrazas privadas y “ducha infinita”: vistas al mar a través de una pared de cristal instalada en la ducha.

Todos los espacios del hotel han experimentado cambios. Es el caso de la piscina, que además de ganar en seguridad y comodidad en los accesos, se ha visto dotada de “un entorno de lujo con una terraza chill out de diseño”.

Pero el Don Pancho, todo un símbolo de Benidorm, no se ha conformado con un tratamiento rejuvenecedor por fuera, sino que también se ha planteado nuevas actividades y servicios para los clientes. Entre las novedades: un gimnasio, una sala de masajes y una pista exterior de bowling con césped artificial además de boutique y peluquería.

El programa de animación también se ha actualizado, según explican desde el hotel en un comunicado. A los shows nocturnos hay que añadir clases de idiomas, de baile y de gimnasia además de catas de vino.