El alma cerecera rebrota cada primavera en las laderas del Valle del Jerte con la llegada de la floración, un momento de esplendor efímero que los visitantes inmortalizan en imágenes que captan la esencia de esta comarca cacereña que conserva su entorno económico, cultural y natural gracias a este cultivo.
En un año en el que las heladas van a pasar factura a la producción de cereza de Italia y Francia, la lluvia y el mal tiempo en Extremadura y la falta de mano de obra en Aragón -las dos principales regiones productoras- puede convertir una campaña que a priori se presentaba bien, en una para olvidar.
Extremadura recuperará el trono de la producción de cereza este año después de que Aragón se lo arrebatara en 2016, ya que las previsiones de su campaña apuntan hasta los 35 millones de kilos, frente a los cerca de 25 millones que se estiman para la región maña.
Aragón ha destronado este año a Extremadura como primera región productora de cereza de España, en una campaña que empezó con retraso, con una menor oferta y unos precios en origen hasta un 30 % más altos.
El Consejo Regulador de esta DO de Extremadura asegura que “la calidad del producto se presenta buena aunque la campaña este año es ligeramente inferior”
La Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte (Cáceres) ha organizado para este mes una serie de visitas guiadas a sus instalaciones, en plena campaña de recolección de la cereza, con el fin de mostrar todo el proceso artesanal que conlleva la producción de esas fruta.
Las anteriores protagonistas han sido la miel de Las Villuercas, el queso de Los Ibores y el vino Ribera del Guadiana.
