Antonio Aparicio con su camión cisterna en la que transporta leche. Efeagro/A.A.

CORONAVIRUS IMPRESCINDIBLES

Antonio Aparicio, un lechero orgulloso al saber que presta un bien esencial

Publicado por: Juan Javier Ríos /Efeagro 3 de mayo de 2020

Lleva 33 años transportando leche de las granjas a la fábrica y nunca como hasta ahora, quizá porque la sociedad no sabe valorar lo suficiente al sector primario, se había sentido tan “orgulloso” de su labor.

Antonio Aparicio lleva 33 de sus 62 años de vida transportando leche de las granjas a la fábrica y nunca como hasta ahora, quizá porque la sociedad no suele reparar en el valor del sector primario, se había sentido tan “orgulloso” de saber que presta un bien esencial durante el estado de alarma.

Pero estos días, en los que muchos han sido conscientes de la importancia de tener los lineales de los supermercados llenos, oficios como los de este gaditano, residente en la pedanía jerezana de Nueva Jarilla, se revelan imprescindibles para mantener la calidad de vida actual.

La llegada de la pandemia le ha supuesto algunos cambios, fundamentalmente en el endurecimiento de las medidas higiénico-sanitarias, pero el volumen de actividad de la pequeña flota de camiones que gestiona sigue siendo similar, según apunta a Efeagro.

Para que no falte leche en las fábricas de la industria a la que suministra (Lactalis), Antonio y sus empleados comienzan la recogida en las explotaciones desde “muy temprano”.

Cada camión puede pasar por unas cinco granjas y, tras llenar la cisterna con más de 22.000 litros, en diferentes puntos de Cádiz, Sevilla o incluso Cáceres, toca transportarla hasta la fábrica que se encuentra en Santa Fe (Granada).

Antonio Aparicio
Una gota de leche. Efeagro/Martin Gerter

Son varios centenares de kilómetros los que recorren a diario él y sus compañeros pero subraya que todo lo tienen bien organizado para respetar las jornadas y los descansos.

Aunque estos tanques están bien refrigerados y el producto puede mantenerse en óptimas condiciones hasta 30 horas, lo ideal es que permanezcan en el camión “lo mínimo posible”; de ahí la coordinación entre ellos para que uno, por ejemplo, haga la recogida y otro el transporte a Santa Fe.

Con la llegada del coronavirus, se han “extremado todas” las medidas “habidas y por haber”, dice, para evitar contagios: es por el “bien de la empresa y el de todos”.

Les han proporcionado geles, gafas, guantes y mascarillas para protegerse de cualquier riesgo y están siendo cautelosos con las distancias de seguridad y con la presencia en la cabina de un único conductor, salvo que el trayecto sea largo y hagan falta ineludiblemente dos.

Antonio asegura que está afrontando este estado de alarma “muy animado” por saber la labor que desarrolla y a ello contribuye que Lactalis le llame “todos los días” para interesarse por ellos en esta situación, a lo que se une alguna compensación económica extra, detalla.

“Creemos que estamos aportando un bien, dentro de lo que cabe, en esta situación tan excepcional” y aunque resta valor a su empleo, que considera “normal y corriente”, es consciente de que se sienten “más arropados” por la sociedad.

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