Incertidumbres, oportunidades y amenazas son las sensaciones del sector ante el fin de las cuotas lácteas
El sector lácteo europeo afronta una nueva etapa a partir del próximo 1 de abril sin el sistema de cuotas lácteas; un escenario que plantea incertidumbres a los productores conscientes de que la liberalización del mercado trae consigo tanto oportunidades como amenazas.
Las cuotas lácteas han estado en boca del sector en las últimas décadas; ahora, cuando están a punto de desaparecer, repasamos qué son, cuándo y por qué entraron en vigor y su singularidad.
¿Qué es una cuota láctea?
Según recoge el Real Decreto 347/2003, de 21 de marzo, por el que se regula este sistema de gestión, una cuota láctea es la cantidad de referencia individual de leche, expresada en kilogramos y vinculada a un contenido de materia grasa -en porcentaje-, asignada a cada explotación.
¿Cuándo comenzó este sistema?
En 1984. España se incorporó al sistema de cuotas lácteas en 1986. Según sintetizan fuentes del sector, se creo porque había mucho excedente de producción láctea.
¿Qué pasaba si un país sobrepasaba su cuota láctea anual asignada?
Se le aplicaba el pago de una tasa -conocida como tasa láctea-. Según el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) la tasa estaba fijada en un nivel que resultase disuasorio y era pagada por los Estados miembros en cuanto se superase la cantidad de referencia nacional. Posteriormente, el Estado miembro debía repercutirla a los productores que contribuyesen al rebasamiento.
¿Cómo se calculaba la cuota láctea correspondiente a cada productor para cada campaña?
Se atendía a aspectos como la producción de leche de la campaña anterior, las variaciones de la cantidad global garantizada para España o la asignación de cuotas procedentes de la reserva nacional.
¿Es la cuota láctea europea un sistema único en el mundo?
No. En Suiza se implantó un sistema de cuotas lácteas en 1977, que acabó en 2009. Desde 2010, es la Interprofesional láctea suiza la que gestiona las cantidades. En Canadá, por ejemplo, el sector funciona bajo un sistema de regulación de la oferta, basado en la producción nacional prevista, el precio administrado y las restricciones a la importación de productos lácteos.