Más de 640 kilómetros separan Oslo de la localidad de Trodheim, un camino con numerosos vínculos con el peregrinaje a Santiago de Compostela y que culmina en la imponente Catedral de Nidaros, corazón del cristianismo en el norte de Europa durante la época medieval. Tras llegar a la “meta”, te proponemos deportes, museos y otras actividades para disfrutar de la ciudad de Trodheim
¿La mejor fecha para descubrir este recorrido que, más allá de su origen religioso, permite adentrarse en la naturaleza nórdica? Del 28 de julio al 4 de agosto se celebra el Festival de Sant Olav, una fiesta en honor al rey vikingo Olav II que luchó por cristianizar Noruega y murió en la batalla de Stiklestad en 1030.
Según cuenta la tradición, el cuerpo del rey vikingo fue enterrado cerca del río Nidelva, pero con la reforma protestante su cuerpo fue trasladado al interior de la Catedral de Nidaros, que pasó a convertirse en lugar de peregrinación.
Carros tirados por burros y mulas y peregrinos a pie se dan cita durante el verano en esa travesía que contribuye a que, cada año, visiten la catedral de Nidaros unos 400.000 turistas de todo el mundo.
Igual que en el Camino de Santiago, es posible obtener una “compostelana” que acredita haber realizado el Camino de Nidaros
Tradición europea, historia de noruega y cultura nórdica se dan cita en esta peregrinación que recuerda al afamado Camino de Santiago. Como en el peregrinaje que culmina en la Catedral de Santiago, el camino de Nidaros ofrece diferentes rutas según el punto de origen, aunque todas ellas culminan en Trodheim.
En la página oficial del camino se pueden consultar las diferentes rutas a seguir hasta la Catedral de Nidaros. Aplicaciones móviles para organizar el viaje, acceso a los touroperadores que trabajan en la zona y la información para obtener el certificado que acredita el peregrinaje una vez acabado el camino son algunos de los recursos que facilita esta web.
Trodheim, meta y punto de partida
Con la llegada a Trodheim y a la Catedral de Nidaros no concluye este viaje hacia el corazón de la cultura noruega. La ciudad, durante el verano, se deja llevar por la tregua del buen tiempo y por jornadas de luz que se antojan eternas para acoger festivales y ofertas de ocio para todos los gustos.
La música es uno de los ejes centrales de las actividades de la ciudad durante el verano con celebraciones como el Festival de Jazz de Trondheim, el Festival de Música de Cámara de Trondheim y el Festival de Blues de Nidaros. En la época estival también es posible disfrutar de obras de teatro y óperas representadas al aire libre.
Golf, pesca en el río Nidelven, considerado uno de los ríos noruegos con mejores ejemplares de salmones y truchas y ciclismo son algunas de las actividades deportivas para practicar al aire libre.
Oferta cultural
Las atracciones históricas de Trodheim también son una buena excusa para alargar la visita a la ciudad. Desde la Catedral de Nidaros hasta la residencia real de Stiftsgården (el palacio en madera más grande de toda Escandinavia), la arquitectura de Trodheim evoca toda la esencia de las construcciones nórdicas.
El Museo Ringve (Museo Nacional de Música e Instrumentos Musicales de Noruega, que acoge instrumentos tradicionales europeos), el Rockheim o casa del rock, el Museo de Arte folclórico o el Palacio del Arzobispo son otros de los lugares emblemáticos a los que acudir en busca de exposiciones y de ahondar en la cultura del país.
Pero para llevarse un recuerdo imborrable del fin del camino de Nidaros, qué mejor que poder observar toda la ciudad en su conjunto. Se puede hacer de dos maneras, con un viaje en barco a la isla de Munkholmen o durante una cena en el restaurante de la Torre Tyholt que, a 74 metros de altura, ofrece unas vistas impresionantes de la ciudad y sus alrededores.