La amplia costa con sus múltiples islas puede ser una forma más de turismo rural, un sector que, en medio de la difícil situación económica ocasionada por el coronavirus, se ha postulado como una opción de ocio no masificado que ha ganado adeptos en las últimas semanas.

En las islas, el turismo de sol y playa adquiere una nueva dimensión al poder disfrutar de la rica fauna y flora nacional tanto en la superficie como bajo el mar, aunque siempre con las medidas de seguridad necesarias para la prevención de contagios en mente.

Baleares y Canarias

En los principales archipiélagos, Islas Baleares e Islas Canarias, los establecimientos rurales, en zonas alejadas a las playas, "arrojan datos optimistas", según registra el portal de reservas EscapadaRural.com.

Precisamente, vieron cómo en julio las pre-reservas para Baleares aumentaron un 173 % y un 230 % para Canarias, mientras que en el mes de agosto las visualizaciones aumentaron un 154 % para Baleares y un 207 % en Canarias.

En julio, la ocupación media de los alojamientos en todo el territorio a los que tiene acceso el portal fue del 47%, mientras que Baleares registró una ocupación del 41 % y Canarias, un 37%.

Las cifras aumentan en el mes de agosto, con una ocupación media del total de los alojamientos del 65 %; del 54 % en Baleares; y del 47 % en Canarias.

Islote de Lobos

Como parte de las islas Canarias, un destino es el islote de Lobos (Fuerteventura), al que se puede acceder en barco y donde se puede caminar por senderos, circular en bicicleta, realizar pesca deportiva con caña y, para los más atrevidos, surfear la ola más larga del archipiélago.

Islas Medas

En la Costa Brava, el viajero puede encontrar un paraíso como son las islas Medas -parte del Parque Natural del Montgrí, las Islas Medes y el Bajo Ter- y una buena opción para los amantes de los paseos en barco y del submarinismo, que podrán encontrar poblaciones de algas, praderas de posidonia, corales, varias especies de peces, cangrejos o las estrellas de mar, entre otros ejemplares.

Los que se animen a visitarlas podrán observar incluso restos de naufragios o vestigios de una necrópolis.

Islote de Sancti Petri

Una opción más cultural en medio del mar es el islote de Sancti Petri, en Chiclana de la Frontera (Cádiz).

Ubicado en la desembocadura del Caño de Sancti-Petri, guarda el Templo de Melqart-Hércules, en el que se cuenta que estaba enterrado el héroe mitológico, y se ofrece como una opción para conocer la historia mitológica y bélica de la región.

A la isla se puede acceder tanto con kayak como con embarcación, aunque desde el castillo han informado a Efeagro que la entrada a la edificación está limitada a aquellos que hayan reservado entrada y respeten las medidas de seguridad del recinto.

Islas atlánticas

Para los amantes del agua fría, está el Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas, que incluye las Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada con una amplia oferta de senderismo y buceo.

La más conocida de la zona, Cíes, guarda entre sus caminos el acceso a la playa de Rodas, considerada una de las más bellas del mundo, además de un faro desde el que se pueden observar tanto las islas como las bandadas de gaviotas y los acantilados.

En Ons, se encuentran las "furnas", cuevas marinas esculpidas en granito, lápidas medievales y una rica fauna marina.

Isla de Santa Clara

La isla de Santa Clara, a escasos kilómetros de San Sebastián (Gipuzkoa), es una opción de turismo de islas para los que hayan elegido el País Vasco como destino de verano.

Piscinas de agua natural, senderos, un pequeño embarcadero y un faro son los principales atractivos de este territorio, al que se puede acceder tanto a nado -para los valientes- como con embarcación.