Durante sus 39 años de reinado, Juan Carlos I ha sido el gran impulsor del destino España. Ha viajado a los cinco continentes y ha mostrado su apoyo a la industria turística en numerosas ocasiones. Entre sus lugares favoritos, para “descansar” el palacio de Marivent en Mallorca y la estación de Baqueira Beret, para esquiar.
Juan Carlos I de España ha sido el transformador de la política exterior española. Cuando accedió al trono en 1975, el país salía de una dictadura y de un aislamiento de 40 años. Durante su reinado, esta situación ha dado la vuelta, por el intenso trabajo del rey en aspectos concretos. Ha impulsado un nuevo estilo en las relaciones con América Latina, con su asistencia a todas las cumbres iberoamericanas celebradas desde 1991. También ha destacado siempre la vocación europea de España, alentando su proceso de integración en Europa.
En su agenda anual, las citas internacionales siempre han ocupado una parte importante. Este año ha estado en Lisboa con la reina y después inició una gira por el Golfo Pérsico, que inició en Emiratos Árabes y Kuwait. Después ha estado en Omán y Baréin y, hace muy pocas semanas, el 17 de mayo, se desplazó a Arabia Saudí. Todas estas visitas han tenido un marcado acento económico en unos países que, a su vez, son importantes mercados emergentes de visitantes extranjeros. En España, ha visitado todas las comunidades autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla, donde estuvo con la Reina Sofía en noviembre de 2007.
Apoyo al sector
El rey ha sido desde el primer momento consciente del papel destacado de la industria turística en la economía del país, un auténtico motor. Por ejemplo, cuando nació la Feria Internacional de Turismo (Fitur) Juan Carlos I ocupó la presidencia de honor de esta cita que se ha convertido en una fecha en rojo en el calendario mundial. Durante años ha participado en su inauguración, un papel que en las últimas ediciones ha cedido a los Príncipes de Asturias.
También ha participado en reuniones en torno a esta feria como el Foro Exceltur, que clausuró en 2012. El rey aprovechó esa ocasión para dejar claros algunos mensajes, como la necesidad de que tanto el sector público como el privado buscaran “fórmulas innovadoras” para lograr “la mayor eficiencia con los escasos recursos disponibles”. Recordó que el turismo, incluso en situación de crisis resistía “en líneas generales” y constató su papel como “motor de crecimiento, empleo y competitividad”. También quiso valorar el “alto grado de internacionalización” de las empresas turísticas, así como la destacada contribución del sector a una mayor visibilidad y un mejor conocimiento de España en el exterior.
Juan Carlos I, un viajero deportista
El rey Juan Carlos es un gran aficionado al deporte, especialmente el esquí y la vela, e incluso participó en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972 representando a España en la modalidad de balandrismo. Así, sus “vacaciones” también han estado muy vinculadas a la práctica deportiva. Mientras su salud y las lesiones se lo han permitido, ha esquiado en estaciones como la de Baqueira Beret. Pero si hay un lugar sin duda vinculado a las vacaciones reales es Mallorca y el Palacio de Marivent. Cada año, la isla recibe la visita de los miembros de la familia real, para pasear, navegar -durante años en el yate Fortuna-, y disfrutar del sol. De esa manera, se refuerza la imagen de este archipiélago y de España en general como destino turístico.