Estudió Ciencias Ambientales, y desde su incorporación al Grupo Tragsa hace 18 años ha estado vinculado a proyectos relacionados con el medioambiente y el agua. Ahora, como responsable de actuación y proyectos en este ámbito, Manuel Cerrillo pone el acento en la vinculación y capacidad de respuesta del Grupo ante todas las cuestiones ambientales -”desde un desastre natural a una actuación de educación y prevención ambiental- y en que el “continuo aprendizaje” les hace ser “fuertes y eficientes cuando hacen cualquier actuación sobre el medio ambiente”.
En 2022, el Grupo Tragsa ha realizado 1.390 actuaciones dentro de su línea de desarrollo rural y conservación del medioambiente, lo que supone de acuerdo a sus cifras un 25,8 % de su cifra de negocios,, con 338,8 millones de euros de presupuesto. Suponen proyectos de mejora y conservación de espacios naturales y biodiversidad que buscan la sostenibilidad del medio natural.
Cerrillo bromea al responder a qué se dedica la compañía -“va a ser más fácil preguntar lo que no hace, yo como ambientólogo toco todos los palos”-. Y explica que en el terreno ambiental acaban de concluir el proyecto “Doñana 2020”, que tuvo como germen las actuaciones para afrontar las consecuencias del accidente de Aznalcollar y que derivó con los años en una de las acciones “más relevantes para recuperar la correcta funcionalidad hidrológica de las cuencas vertientes a la marisma de Doñana”, de acuerdo al Ministerio de Transición Ecológico y Reto Demográfico (Miteco). En el caso del agua, el pasado año el Grupo completó 540 actuaciones, con 163 millones (12,4 % de la cifra de negocio).
En el caso de Doñana, detalla, se afrontaron cuestiones relacionadas con la depuración, como en el caso de la estación situada en Matalascañas (Huelva), cuya población se casi cuatriplica en temporada estival. Y también se llevaron a cabo actuaciones en los “arroyos que vierten en las marismas” y su restauración ambiental.
Todo ello, según destaca, requiere un equipo multidisciplinar en el que también hay “economistas, abogados, ingenieros, biólogos e incluso geólogos, por ejemplo para lo relacionados con acuíferos”.
Parque Nacional de Doñana. Foto. Javier Ramos Pérez
“Desde el minuto uno en el Grupo estas aprendiendo”, valora, tras insistir en el “compañerismo” por el que “se ha llegado a cosas muy importantes; si no fuera por la ayuda de los compañeros hubiera sido imposible, por mucho que te dejaras la piel. La unión hace la fuerza. Y Tragsa puede presumir de que tiene profesionales de todos los palos. Si no lo sabes tú lo va a saber tu compañero, sea el de al lado o en cualquier otro punto de España”.
Para el periodo 2022-2026 se ha encargado al Grupo Tragsa medidas relativas la restauración hidrogeomorfológica en el tramo final del arroyo de El Partido para favorecer la recarga natural del acuífero Almonte-Marismas. Y a la reducción del impacto que causan las extracciones de agua para el abastecimiento a Matalascañas y buscar fuentes alternativas o complementarias.
Y en este contexto, Cerrillo insiste en la importancia de un concepto que considera “clave”, la economía circular, con proyectos que se encargan al Grupo y que tienen que ver con la gestión de residuos, la inspección medioambiental o el cumplimiento de las leyes comunitarias sobre contaminación o responsabilidad ambiental, además de todo el trabajo que realiza la propia Tragsa de control de impacto ambiental de todos sus propias actuaciones. Áreas en las que además han cambiado muchas cosas “en estos 18 años; la normativa, la forma de hacer las cosas y de gestionar, la prevención, el objetivo de la conservación”.
Y recuerda la rapidez y la eficacia con la que respondieron en tiempos de pandemia –“algo que demostró nuestra capacidad de resiliencia”, un tiempo en el que además fue padre a la que, asegura, trata de transmitir todo lo que tiene que ver con las acciones individuales de protección del planeta adecuado a su edad, como el reciclado, conocer los contenedores, acudir a acciones de plantado de árboles, de construcción de nidos… “Para que la impronta esté ahí para cuando se haga mayor”, asegura.
Una conciencia que en el caso de Manuel también le ha llevado a ser uno de los embajadores de la compañía en relación con la movilidad sostenible, vinculada al uso de la bicicleta como medio de trasporte económico, saludable, silencioso y limpio. “Siempre iba en bici, era el ‘chico bicicleta’”, ríe, y recuerda su participación el Reto de empresas “30 días en bici”, en la que por ejemplo en 2022 los trabajadores del grupo sumaron 10.884 kilómetros sostenibles, y con el que la compañía colabora en la promoción de una movilidad sostenible, saludable y segura. En su caso, en la edición de 2021 recorrió más de 1.650 kilómetros.
“Al final, en lo personal y lo laboral, la motivación es lo más importante al final. Y nuestra empresa se preocupa por que los trabajadores estén motivados. Hay unas ganas de hacer las cosas siempre mejor que le atribuyo al Grupo Tragsa”, concluye.