Mike Barrow,ha explicado su proyecto de criptomoneda asociada a la producción de vino a empresarios aragoneses. EFE/Javier Cebollada

INNOVACIÓN VINOS

MTB 2018, la botella de vino que se puede adquirir con una criptomoneda

Publicado por: CARLOS VILLAR ORTIGA/ EFE ZARAGOZA 20 de julio de 2018

El informático y bodeguero Mike Barrow lanza al mercado un caldo cuyo precio está asociado a una moneda virtual. Su valor fluctúa con la oferta y la demanda en internet.

La botella de vino MTB 2018 cuesta a día de hoy 4 euros pero nadie puede precisar cuánto valdrá dentro de tres años cuando haya terminado su proceso de envejecimiento y salga al mercado, ya que su precio está asociado a una criptomoneda, cuyo valor fluctúa con la oferta y la demanda en internet.

Es el revolucionario invento de Mike Barrow, un informático americano reconvertido a bodeguero que sueña con cambiar las reglas de juego del sector vitivinícola, a través de la implantación de un sistema de negocio que combine la calidad del producto y el denominado Internet de las cosas.

Los clientes ya pueden adquirir a coste de producción alguna de las 16.348 botellas que generará la cosecha de uva de este año en su viñedo de Argentina pero, en vez de obtenerlas de forma material, conseguirán una nueva moneda, similar al bitcoin, que podrán intercambiar por el producto cuando lo deseen.

Este nuevo sistema es el resultado de la obsesión del empresario americano con el precio justo que deberían tener algunos productos como las obras de arte o el vino y que, a su parecer, están determinados por una “ficción compartida en nuestra imaginación”.

El mercado dictará el precio del vino

“Llevo muchos años intentando buscar a qué precio debería comercializar mi vino en el mundo y quiero utilizar esta tecnología justamente para que sea el mercado quien termine dictándolo“, ha explicado Barrow a los cerca de 40 empresarios del sector que han participado en una “cata de ideas” organizada en la Cámara de Comercio de Zaragoza.

Una de las mayores dudas que despierta este invento es que los clientes pueden comprar el vino antes de que haya concluido su proceso de fabricación. Por esa razón, el empresario de Arizona ha decidido poner en marcha su página web “Open Wine”, donde informa de forma transparente sobre todos los detalles de la empresa.

En el portal se puede ver imágenes en 360 grados de los campos de viñedos argentinos, conocer la receta empleada para realizar el vino e incluso acceder a las cuentas de la compañía para descubrir lo que cuesta el tapón de corcho o el salario de los trabajadores.

El informático y bodeguero norteamericano, Mike Barrow. EFE/Javier Cebollada

“¿Por qué no compartir el proceso con todo el mundo?”, se pregunta Barrow, quien considera que la transparencia solo puede repercutir positivamente para una empresa con las dimensiones tan reducidas como la suya.

Este proyecto es el gran colofón en la carrera del informático americano en el sector del vino, al que decidió acceder en 2003, a pesar de que reconoce que no tenía conocimiento sobre los procesos de fabricación ni tampoco tradición familiar.

En los últimos años, se ha centrado en explorar cuáles son las diferencias entre las experiencias del consumo de vino, en función del lugar donde lo tomen los compradores o el entorno que les rodee. Esa búsqueda de conocimiento le ha llevado a realizar catas submarinas, a probar nuevos vinos a una altura de 6.000 metros en los Andes e incluso a disfrutar de esta bebida durante la maratón de Nueva York.

Sus atrevidas campañas de comunicación le han permitido viajar durante meses por Sudamérica para tratar de dar a conocer su vino e incluso a vivir durante medio año en la India con el objetivo de abrirse camino en un difícil mercado, donde está prohibido publicitar productos alcohólicos.

Ahora, su nueva meta es consolidar el proyecto de las criptomonedas y hacer accesible esta tecnología a las personas que aún no la conocen pero que, tal y como pronostica, la utilizarán habitualmente en la próxima década cuando desaparezcan los intermediarios bancarios.

“La idea es repetir esto cada año y hacer que fluctúe el precio en cada edición porque no es lo mismo el vino recién hecho que el que lleva cinco años guardado“, ha insistido Barrow.

Secciones : EFE VINOS Microsites