La negociación del brexit, la búsqueda de más sostenibiliad o la eliminación de los descartes marcan el rumbo futuro al que se ve abocado este sector, relevante para la economía española.
España celebra el Día Mundial de la Pesca pendiente de desafíos inmediatos como la prohibición de los descartes para todas las flotas desde el 1 de enero, la negociación del “brexit”, la ratificación del acuerdo UE-Marruecos o el objetivo de alcanzar el Rendimiento Máximo Sostenible en la mayoría de las pesquerías.
Estos son los “principales desafíos” en palabras de la secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz, quien ha remarcado a Efeagro el trabajo “intenso” del Ejecutivo y el sector para “tratar de minimizar los efectos negativos” que puedan llegar a tener.
El objetivo, según Villauriz, es compatibilizar la sostenibiliad de las pesquerías con el mantenimiento de una actividad pesquera económica y socialmente sostenible.
La obligación de desembarcar las especies con TAC (Total Admisible de Cuotas) y cuotas en el Atlántico, y con talla mínima de conservación en el Mediterráneo, supone una nueva etapa para el sector que acaba con la práctica de tirar por la borda los peces no deseados; comenzó a implantarse en algunas pesquerías en 2015, pero ya se amplía a todos los caladeros.
Visión de los armadores y cofradías
El secretario general de la patronal española de armadores (Cepesca), Javier Garat, ha recordado a Efeagro el problema con las “especies de estrangulamiento”, concepto que define pesquerías para las que un barco no tiene cuota pero que caen en sus redes junto con las capturas del pescado principal al que el buque se dedica.
En esos casos, existe la posibilidad de que un buque agote la especie para la que tiene poco cupo y se vea obligado a volver a puerto a principio de temporada y quedar amarrado, pese a disponer de cupo para la especie principal.
Una perspectiva “complicada”, que se puede agravar si en el consejo de Ministros para determinar los TAC y cuotas de 2019 se deciden reducir las capturas, recuerda Garat, aunque es positivo porque las poblaciones “están cada vez mejor” y “muchas de ellas han alcanzado el nivel de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS)” que exige la Política Pesquera Común (PPC).
A su juicio, una vez entre en vigor, es “muy difícil” cambiar esa normativa, pero tiene esperanzas en que se flexibilicen algunos aspectos, como la creación de una bolsa de cuota de pesca para las especies de estrangulamiento, que mitigue las consecuencias.
Desde las cofradías, admiten que están “aterrados” por las posibles consecuencias de la prohibición de los descartes
Además, Garat defiende los trabajos por la sostenibiliad en los caladeros del Atlántico nordeste, donde “casi todas las poblaciones” están en RMS, aunque ve necesario trabajar más para alcanzar esa situación en las especies del Mediterráneo.
Desde las cofradías, el presidente de la Federación Nacional de Cofradías, Basilio Otero, admite estar “aterrado” por las consecuencias que pueda acarrear para la flota la obligación de los desembarques, ya que “cualquier reducción” de cuotas “será un problema añadido” que puede afectar a la flota.
No obstante, prefiere remitirse a las recientes declaraciones del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis planas, en las que aseguró que no permitirá que la obligación de los desembarques pare la actividad de ninguna flota.

Otero insiste en el respeto del sector a la sostenibilidad: “La concienciación está ahí porque es su medio de vida” y, por tanto, son “los primeros interesados” en conservar las poblaciones.
El gremio de las pescaderías también celebra esta jornada y lo hace muy pendiente del consumo de pescado y las tendencias que tienen que marcar su futuro.
Las pescaderías, a por más diversificación del producto
La directora de la Federación de Asociaciones Provinciales de Empresarios Detallistas de Productos de la Pesca (Fedepesca), María Luisa Álvarez, ve “imposible” revertir la tendencia a la baja en el consumo en los hogares: ha caído en 3 kilos/persona/año desde 2013.
Lo achaca a los nuevos hábitos de consumo y una forma de vida que hacen que se vea el pescado como un producto del que hay que “planificar su compra” y que es “difícil cocinar”.
Por eso, apuesta porque el gremio se transforme, con una mayor presentación en filetes, elaboraciones en el obrador o mediante productos de quinta gama listos para consumir.
Sobre la cuestión de la sostenibiliad, deja claro que los sellos certificadores son “un extra”, pero eso no quiere decir que el resto del pescado no cumpla con los requisitos sostenibles: “Todo el pescado legalmente capturado o producido es sostenible” al ceñirse a la política pesquera.
Según Álvarez, el fraude de etiquetado en las pescaderías es minoritario y, en todo caso, se puede deber a errores “puntuales” aunque reconoce que cuando salen informaciones sobre estos asuntos las compras caen, al menos, durante una semana