Los amantes del deporte blanco están de enhorabuena. La temporada de esquí se alarga este año gracias a las precipitaciones de nieve registradas en las últimas semanas. Con espesores máximos de 4,5 metros de nieve en las 957 pistas abiertas y más de 1.050 kilómetros esquiables, no hay excusa para no disfrutar de estos paisajes invernales con los esquís como aliado.

La Semana Santa parece que será la última gran parada vacacional para disfrutar de la nieve antes de que las estaciones de esquí españolas cierren sus puertas. Aunque esta temporada, la climatología ha sido tan favorable que, según la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem), la posibilidad de deslizarse sobre un manto blanco podría prolongarse incluso hasta primeros de mayo.

Las actividades en las estaciones de esquí son cada vez más diversas y aseguran diversión para toda la familia

Para que no todo sean esquís y tablas de snowboard, la oferta de las estaciones españolas es cada vez más amplia con propuestas de actividades como vuelos en helicóptero, bajadas nocturnas, patinaje, tubbing, tirolinas y descensos en trineo. Te dejamos algunas propuestas para que elijas tu preferida.

El Valle de Astún, en el Alto Aragón, fue la primera región de España en la que se desarrollaron actividades relacionadas con la nieve. Si unimos Formigal, Astún y Candanchú, completaríamos el campo de nieve más amplio de la Península.

Las cotas más altas del Pirineo las encontramos en Boí Taüll (con 2.751 metros de máxima y 2.020 de mínima), en Chamonix se puede puede esquiar por el mismísimo Mont Blanc, en Vallnord las actividades van más allá del esquí, Sierra Nevada es siempre una apuesta segura y cercana a toda la oferta cultural y gastronómica de Granada..., en definitiva, diferentes destinos para disfrutar de una semana más blanca que santa.

Aguas cristalinas y relax

En el extremo contrario del termómetro nos vamos a Colombia. Os proponemos diferentes destinos de playa para elegir entre el mar de siete colores de San Andrés y el arraigo histórico de Cartagena.

A 700 kilómetros de la costa continental colombiana se encuentra la isla de San Andrés. Quizá lo más llamativo sea su llamado mar de siete colores. Desde el avión se puede apreciar la gran variedad cromática de azules que rodea a la isla y le otorga un atractivo abanico que invita al baño. Peces coloridos y una brillante barrera de coral invitan a practicar deportes como el buceo, pero también existen opciones para los amantes del kite surf o el windsurf.

Unos 27 grados de temperatura envuelven esta isla que destaca por la mezcolanza de culturas -ingleses, españoles, holandeses, piratas y corsarios han confluido en San Andrés en diferentes momentos de su historia- y se mueve al son del reggae.

Perderse en arenas blancas, en aguas de siete colores y al relajante son del reggae es la propuesta de las playas de Colombia

A 20 minutos de avión desde San Andrés encontramos Providencia y Santa Catalina, dos islas de origen volcánico unidas por el colorido Puente de los Enamorados, ideal para disfrutar de un atardecer inolvidable.

Un paisaje virgen y las coloridas casas elaboradas a mano que conforman su arquitectura sirven como marco a este destino que ofrece tranquilidad y aguas cálidas y transparentes.

Los amantes de la naturaleza pueden optar por visitar Santa Marta: mar, sierra y selva se mezclan en el Parque Natural Tayrona y el turismo ecológico y de observación conforma su oferta para los visitantes. La ciudad más antigua de América del Sur, aún alberga más de 30.000 indígenas de las etnias Kogi, Arhuaco, Kankuamo y Wiwa.

Y para continuar con los destinos de playa colombianos con calado histórico y cultural, lo mejor es visitar Cartagena. Las murallas de la Vieja Ciudad contrastan con la oferta de playas -Bocagrande, El Laguito, Marbella, Crespo, La Boquilla, Manzanillo del Mar...-. Sin perderse el recorrido de sus calles para observar las construcciones coloniales de la ciudad, el Palacio de la Inquisición, la Torre del Reloj, las murallas y el Castillo de San Felipe de Barajas.

Playa y procesiones

El fervor de la Semana Santa más tradicional sin renunciar a la placidez de la playa. Es la propuesta de Tenerife con eventos que van de rutas gastronómicas a procesiones y el aliciente de una temperatura que invita a estar en la calle: 23 grados centígrados de media.

Aunque la celebración de la Semana Santa tinerfeña no sea tan reconocida como en otras partes de España, lo cierto es que son muchas las cofradías, formadas por vecinos de la isla, que acompañan las imágenes típicas de estas fiestas en procesión y dan continuidad a esta manifestación cuyo valor va más allá de lo religioso hasta lo artístico y cultural.

Quienes deseen disfrutar del descanso de unas vacaciones en las playa sin perderse una procesión pueden visitar Tenerife

El Jueves Santo es el día que congrega más procesiones y precede a las celebraciones del Viernes Santo con la Procesión Magna de las cinco de la tarde y la del Silencio a las nueve de la noche.

Santa Cruz de Tenerife, Puerto de la Cruz, La Orotava, Icod de los Vinos, Garachico, Arona, Adeje, Los Realejos y Santiago del Teide son algunas de las localidades que con más fervor celebran estos días.

Más allá del fervor religioso

La oferta especial para Semana Santa no acaba con las procesiones. Desde hace unos año se celebran en Tenerife las Jornadas de Gastronomía de Vigilia y del Vino en La Laguna, en la que participan una veintena de establecimientos de la localidad y que este año celebra su octava edición.

Quienes busquen un plan más alejado de la fiesta religiosa pueden disfrutar, a partir del 29 de marzo, del festival I Love Music en el parque acuático Siam Park con invitados como Chuckie, Laidback Luke, Nvilla, Glowin Thedark, Leon Cormack y Alexei & Carlos Kinn.

Otra buena alternativa musical es la del Magma Fest con algunos de los iconos de la música techno y electrónica como Marco Carola. Tres escenarios en los que se darán cita algunos de los creadores más destacados de este tipo de música con el toque de eclectro-glamour de la mano de Ursula 1000.

Y, por supuesto, las playas: 16 banderas azules en las costas  tinerfeñas acreditan la calidad del turismo de playa. Arenas de todos los colores, costas más o menos concurridas y, en definitiva, una variedad de escenarios para disfrutar del sol, el mar y no pensar en nada.