El cocinero Rodrigo de la Calle abrirá un nuevo restaurante gastronómico en el hotel La Torre, en Collado Mediano (Madrid), del que será también socio y donde ofrecerá “la versión más radical de su cocina”, con la “gastrobotánica” y su pasión por las verduras en el centro de los platos.
Recién llegado de Pekín, donde acaba de abrir dos restaurantes, el chef ha explicado en una entrevista con Efeagro que este nuevo establecimiento madrileño ultima su remodelación y estará abierto al público a principios de julio durante los fines de semana, aunque el hotel ya está en funcionamiento.
Rodrigo de la Calle emprende este nuevo proyecto un año después de salir de los fogones del hotel Villamagna, que alegó razones empresariales para prescindir de su cocina, a los pocos días de que el cocinero cerrara su restaurante gastronómico de Aranjuez, y lo hace convencido que hoy es “mucho mejor profesional que hace un año”.

“En España, cada vez que alguien tiene un revés profesional se ve como un fracaso, pero en mentalidades sajonas un buen empresario no es bueno hasta que no se estrella tres o cuatro veces. Estos disgustos o varapalos de los últimos años me enseñan a hacer las cosas con más fuerza”, ha subrayado.
Además de este nuevo proyecto, que contará con una propuesta más “informal” centrada en arroces y las carnes de Guadarrama, De la Calle acaba de estrenar dos restaurantes en Pekín, “Verde” -centrado en las verduras- y “Carmen” -de tapas y arroces-, con Alberto Becerril como jefe de cocina.
“China es una locura y un auténtico paraíso de las verduras”, ha comentado ilusionado el chef, convencido de que su propuesta vegetal tiene “un gran nicho” de mercado en el país asiático y empeñado “en hacer alta cocina con verduras” porque es su “seña de identidad”.
Aunque cuenta con Becerril en los fogones, De la Calle dice estar plenamente implicado en sus proyectos en China, lejos de la fórmula del asesoramiento que considera “demasiado mercantil”.

“Yo prefiero participar en el proyecto, tanto a nivel personal como profesional”, ha reiterado el chef, quien viaja ahora unos quince días cada dos meses a la capital china.
Unos viajes que aprovecha, además, para “traer un saco lleno de semillas; tengo verduras inéditas que no hay aquí, variedades distintas de lechugas, de pepinos, de hortalizas de hoja, que me tocará rebautizar y que van a aportar muchas cosas a mi cocina”, confiesa. EFEAGRO