La Semana de Pasión se convierte en la excusa perfecta para una escapada primaveral. Si estás buscando destino dentro de España, hay cuatro ciudades – Ávila, El Ferrol, Toledo y Zaragoza- que han conseguido recientemente el reconocimiento como fiestas de Interés Turístico Internacional.
El 2014 comenzó muy bien para El Ferrol. El 14 de enero de 2014 el Gobierno publicó la resolución que le otorgaba a su Semana Santa este reconocimiento. El año pasado, un grupo de periodistas de todo el mundo fue invitado por el Ayuntamiento a conocer sus desfiles. Con sus reportajes, ayudaban a esta fiesta a cumplir con uno de los requisitos que necesitaba la ciudad. Ellos pudieron presenciar el fervor del pueblo ferrolano. Unos 3.500 cofrades participan en esta fiesta en la que cinco cofradías recorren, marcadas por la sobriedad, las calles de la ciudad.
¿Qué ver?
Hay varias procesiones, las más vistosas y multitudinarias, las del Viernes Santo, como el Santo Encuentro, el Santo Entierro y la de los Caladiños, que discurre de madrugada por el casco histórico y se retira después de que se le cante la salve a los pasos. El Jueves Santo también hay lugar para el recogimiento con la procesión del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Piedad, con 1.800 cofrades, siete pasos y nueve bandas de música. Los militares acompañan a los santos en su discurrir por la ciudad.
Pero, ademas de los actos de la Semana Santa, la ciudad de Ferrol tiene muchas más posibilidades, como un buen paseo para descubrir su herencia modernista o la arquitectura racionalista del siglo XVIII. Si hace buen tiempo, otra opción es ir a algunas de sus siete playas con bandera azul. En las inmediaciones, paraísos naturales como las cascadas del río Belelle o las Fragas da Eume. Para optar por un buen homenaje gastronómico, el Bodegón Bacoriño, un lugar muy recomendado en el barrio histórico de Ferrol Vello, con una amplia gama de vinos, con embutidos ibéricos y unas afamadas croquetas.
Solemnidad en Ávila
Quienes conocen la Semana Santa abulense saben que se caracteriza por su sobriedad. Lejos del bullicio de las procesiones en Andalucía, estos desfiles discurren en una sobrecogedora solemnidad y en silencio. En muchas ocasiones se han subrayado el carácter sacro de esta ciudad, comparada incluso con la ciudad santa de Jerusalén. Su muralla, iglesias, monasterios y calles entrelazadas están impregnadas de misticismo.
Las principales cofradías salen a las calles desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección, si bien hay otros actos litúrgicos excepcionales como el Vía Crucis en el entorno de la Muralla o el Sermón de las Siete Palabras en la Plaza del Mercado Chico. Para revivir la alegría de la Resurrección, se celebra la Romería del Pradillo tras la procesión del Resucitado. Una de las costumbres en este día es participar en las subastas populares y las degustaciones de hornazo y sangría.
Hay muchas maneras de conocer Ávila, en función de donde se ponga el foco. Por ello, se han diseñado diferentes programas para disfrutar de su herencia teresiana, isabelina, románica, judía o como paso del Camino de Santiago. Aparte de pasear por su muralla -visitable en gran parte de su trazado con una tarifa básica de 5 euros – el turista puede adquirir una tarjeta turística (15 euros) para acceder a los principales espacios de interés turístico como la Catedral de El Salvador, el Real Monasterio de Santo Tomás, el de la Encarnación, la Basílica de San Vicente o los museos de Santa teresa o de Ávila, entre otros lugares.
La oferta gastronómica y de alojamiento de Ávila es muy amplia. Uno de los restaurantes que tienen buenas recomendaciones es El Almacén, con vistas a la Muralla, sin olvidar el Piedras Albas, que se encuentra en el Parador.
Una fecha especial en la Ciudad Imperial
Según anunció hace unos días el Gobierno de Castilla-La Mancha, la ciudad de Toledo ya ha conseguido su título como Fiesta de Interés Turístico Internacional. El casco histórico de esta ciudad vive momentos cargados de emotividad como la salida del Cristo de la Buena Muerte, a la luz de los farolillos y en el silencio de la noche. Pero hay otras dieciocho procesiones más que hacen su estación de Penitencia por el entramado de estrechas calles.
La Semana Santa de Toledo brinda también oportunidades únicas como la de visitar lugares que normalmente están cerrados como los conventos de clausura, abiertos el Jueves y el Viernes Santo.
Perderse en Toledo es una experiencia inolvidable, pues siempre se descubren lugares y rincones distintos. En un espacio reducido, se encuentran el Museo de la Santa Cruz (gratis todos los días), la iglesia donde se ubica el Entierro del Conde de Orgaz, (emblema de la ciudad) , la Mezquita del Cristo de la Luz, la Sinagoga del Tránsito -con las huellas de la importancia de la cultura hebrea en Toledo- el Alcázar, reconvertido en Museo del Ejército, con cañones y armas de otras épocas y, por supuesto, la Catedral de Toledo, con un exterior impresionante y maravillas en su interior como el Tesoro, el Coro o la Sala Capitular.
Entre las opciones de alojamiento, el hotel Pintor el Greco o el Hotel Abad -un hotel con encanto de tres estrellas- sin olvidar el clásico Parador de Toledo, para disfrutar de las maravillosas vistas. Para darle un homenaje al estómago, hay buenas opciones como La Abadía o Alfileritos, 24.