Venecia solo hay una, pero son muchas las ciudades que desde todos los rincones del mundo aspiran a un reconocimiento similar por su especial vinculación con el agua. Las “pequeñas Venecias” se cuentan por decenas…
Si hay una ciudad en el mundo conocida por su indisoluble relación con el agua, esa es Venecia. Tanto es así, que desde hace siglos se constituye como uno de los principales turísticos de Italia. Quizás por esa fama internacional, por los cinco continentes se reparten numerosas localidades que reclaman para sí el sobrenombre de Venecia, llegando incluso a rivalizar entre ellas.
Sozhou (China)

A pesar de haber crecido desproporcionadamente hasta alcanzar los seis millones de habitantes actuales, Sozhou es una de las pocas ciudades chinas que ha sabido conservar su espíritu imperial. Quizás por eso y porque todavía se puede pasear entre imponentes construcciones de arquitectura clásica y bellos jardines hoy se encuentra entre las más turísticas del país. Ubicada en la desembocadura del río Yangtze, sus calles se transforman a veces en canales que la recorren entre templos y vegetación exuberante. Una estampa que en 1997 le valió su clasificación como Patrimonio Mundial por la Unesco. La ciudad fue bautizada como la Venecia de Oriente por el mismísimo Marco Polo, en un claro homenaje a su Venecia natal.
Alappuzha (India)

También conocida desde hace más de un siglo como la Venecia de Oriente gracias, en este caso, al político inglés George Curzon, esta localidad del extremo sur de la India se mimetiza con el agua a través de un laberíntico entramado de canales, remansos, playas y lagunas. Alappuzha es, sin duda, uno de los destinos más visitados del país. Y lo es especialmente por el encanto que le aportan sus casas, tiendas y restaurantes flotantes. Por su ubicación entre el mar Arábigo y el lago de Vembanad cuenta con una interesante red de cruceros que permiten conocer buena parte de la región de Aryad desde el agua. Cada año, allá por el mes de agosto, las vías fluviales acogen la popular regata de Nehru Trophy Boat Race, en la que participan cientos de remeros ante la atenta mirada de miles de espectadores.
Bangkok (Tailandia)

La capital de Tailandia también reclama para sí el título de Venecia de Oriente. Una petición que apoya en sus famosos khlongs, la red de canales artificiales que facilitaban su actividad comercial en el siglo XVIII y, al mismo tiempo, recogían los desechos urbanos. Lamentablemente, con la expansión urbanística que experimentó la ciudad hace ya varias décadas, muchos de esos cauces acabaron sepultados bajo el asfalto, aunque otros se mantuvieron para establecer sobre ellos una eficiente red de transporte público. En la actualidad, en los canales todavía se pueden localizar algunos de sus mercados más originales que, como el de Damnoen Saduak, se han transformado en auténticas atracciones turísticas.
Amsterdam (Holanda)

Vistos desde el aire, los más de 100 kilómetros de canales que surcan la capital holandesa se distribuyen formando una curiosa tela de araña que comenzó a tejerse en el siglo XVII. Esta obra de ingeniería conecta, mediante más de 1.500 puentes, las cerca de 90 islas que dan forma a la urbe. Igual que sucede con sus pintorescas calles adoquinadas, algunos de esos canales están considerados como auténticas avenidas que se engalanan con verdaderas joyas arquitectónicas que merecidamente le han valido el apelativo de Venecia del Norte y la declaración en 2010 de Patrimonio Mundial por la Unesco. Y todo ello gracias a un ambicioso plan de recuperación aprobado en 1953, por el que se restablecieron algunos de los canales que habían sido drenados y se restauraron muchas residencias que se habían abandonado.
San Petersburgo (Rusia)
- San Petersburgo diseñó sus canales tomando como modelo los de Ámsterdam. Foto: Peterguide.com
La segunda ciudad más grande de Rusia hunde sus cimientos en la desembocadura del río Neva en aguas del mar Báltico. En un principio, la orografía de ese enclave estaba definida por abundantes humedales y marismas hasta que, en tiempos de Pedro el Grande, se construyeron los afamados canales actuales siguiendo el modelo de Ámsterdam. Esas carreteras acuáticas se vertebran en torno al canal principal de Moyka, al que se asoman las lujosas mansiones que la aristocracia local se construyó en el siglo XIX. San Petersburgo dispone de una amplia oferta de cruceros que permiten conocerla desde una perspectiva diferente. Por sus evidentes similitudes estuvo hermanada con Venecia hasta enero de 2013, fecha en la que la capital del Véneto dio por terminada su fraternidad debido a la prohibición de cualquier manifestación en defensa de la homosexualidad por parte de la ciudad rusa.
Brujas (Bélgica)

Calificada también como la Venecia del Norte, los canales y puentes de la capital de la provincia belga de Flandes Occidental comenzaron a ser construidos ya en el siglo XI para prevenir las periódicas subidas de nivel del mar Báltico que antaño anegaban sus calles. Y fue precisamente esa decisión la que, siglos después, colocaría a Brujas entre los primeros puertos comerciales del mundo y en uno de los principales destinos turísticos de Europa. Actualmente, son varias las empresas que ofrecen paseos en barco como una alternativa a las rutas habituales que incluyen, por ejemplo, paradas en lugares tan sorprendentes como el Friet Museum o museo de la patata frita, único en el mundo.
Londres (Reino Unido)

A medida que Londres crecía para convertirse en una de las urbes más populosas del mundo, ya a finales del siglo XIX, la demanda de carbón también comenzó a dispararse y hubo que idear maneras más eficientes para transportar este combustible fósil hasta los lugares donde lo reclamaban. Por eso, desde el río Támesis se construyeron una serie de canales que hoy, salpicados de cafeterías, pubs y restaurantes, se dan a conocer en las guías turísticas como Little Venice (Pequeña Venecia). La zona, no muy concurrida habitualmente, representa un auténtico remanso de paz en medio del bullicio de la capital británica. Dependiendo de la dirección que se tome, tanto a pie como a bordo de uno de los barcos de Waterbus, se puede llegar hasta el zoo o al barrio de Camden, mientras se observan las curiosas casas flotantes que se disputan un espacio a lo largo de los canales y entre las hileras de árboles, los edificios georgianos y los puentes.
Bamberg (Alemania)

Entre las zonas más visitadas de la ciudad alemana de Bamberg destaca, sin ninguna duda, el barrio de Klein-Venedig o Pequeña Venecia, una colonia decimonónica de casas de pescadores que se distribuyen a lo largo de las márgenes del río Regnitz. Como sucede en otros lugares, los turistas disponen de viajes en barco que arrancan desde el corazón de la ciudad y avanzan hacia la colina de San Miguel entre los geranios de los balcones y la silueta que dibujan en el horizonte edificios emblemáticos como la catedral, la Residencia Nueva o la Biblioteca Estatal. Un conjunto que en 1993 fue catalogado como Patrimonio Mundial por la Unesco.
Venise Verte (Francia)

Con su red de canales, su vegetación exultante y sus verdes praderas, la región de Marais Poitevin es conocida como la Venise Verte o Venecia Verde de Francia. Sus orígenes se remontan a tiempos de los romanos, precursores de las primeras canalizaciones. Sin embargo, no fue hasta el siglo XI, con la llegada de los monjes benedictinos, cuando las acequias se convirtieron en la principal vía de comunicación de la zona. Actualmente discurren alrededor de diminutas islas, muchas de ellas ocupadas por viviendas unifamiliares a las que solo se tiene acceso a través de un bote amarrado en su propio embarcadero. Buena parte de la economía local depende, de una manera más o menos directa, del turismo que generan los canales, en los que se organizan paseos en barca -guiados o no- y excursiones en bicicleta.