Las facultades de Veterinaria han conseguido salvar el curso académico y prevén finalizarlo de una forma aceptable a pesar de la adaptación contrarreloj a la que se han visto sometidos tras la irrupción de la pandemia del coronavirus.
Esta conclusión se desprende de las conversaciones mantenidas por Efeagro con los decanos de las facultades de Veterinaria de las universidades de Zaragoza, Córdoba y la Complutense de Madrid (UCM) y prácticamente todos coinciden en un patrón similar: teoría impartida telemáticamente, exámenes online y prácticas resueltas, en líneas generales, con diversas estrategias.
Madrid
“Vamos a terminar el curso prácticamente online”, con estas palabras se expresa la decana de la facultad de Veterinaria de la UCM, Consuelo Serres, cuando se le pregunta por el fin de este atípico año académico.
Por ahora, el “único” curso que aún tiene pendiente recuperar actividades presenciales (como prácticas externas) es quinto, ya que el resto “se ha podido reorganizar” incluyendo competencias en cursos posteriores.
Están a la espera de que las empresas den el permiso oportuno para que los alumnos puedan finalizar esas actividades presenciales.
El calendario de exámenes, a su vez, se retrasó a julio con la esperanza de ganar tiempo y ver si finalmente podrían hacerse en las aulas, pero esa posibilidad se ha esfumado y se harán online.
Eso sí, el objetivo es facilitar a los estudiantes que no tengan los recursos suficientes acudir a espacios físicos donde poder realizarlos con todas las garantías de seguridad, indica.
De cara al próximo año, Serres asegura que la facultad intentará organizarlo “todo” como si fuese a ser presencial pero “siempre tendremos un plan B semipresencial”, con tutoriales y contenidos online, en caso de que hubiese que enfrentarse a “otro confinamiento”.
En Zaragoza
En la facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, la situación no es muy diferente porque han desarrollado toda la docencia telemáticamente, tanto para la teoría como para muchas prácticas que han podido ser sustituidas por seminarios virtuales, según apunta su decano, Manuel Gascón.
Las prácticas que, irremediablemente, tienen que ser presenciales al tratarse por ejemplo de actividades con animales se han pospuesto: “estamos apurando el curso para ver si puede haber alguna presencial en la fase 3” de desescalada.
Si no pudiese ser, una posibilidad es extenderlas al primer trimestre del próximo año académico, algo que quieren evitar a toda costa en el caso de los alumnos del último curso (5º) para no retrasar su salida al mercado laboral, remarca.

Los exámenes se desarrollarán telemáticamente con la confianza en que no se produzcan fallos técnicos que compliquen su ejecución, señala este decano, quien quiere valorar el trabajo desarrollado al respecto por su equipo.
El próximo año académico está aún lleno de incertidumbres, según Gascón, quien sí tiene claro que el futuro, tras la covid-19, “no será igual”: “Habrá un antes y un después para la docencia, sobretodo la teórica, porque se están descubriendo los beneficios del sistema semipresencial, con estudiantes que optimizan mejor su tiempo.
De hecho, asegura que la asistencia a las clases virtuales es casi un 60 % superior a las presenciales.
En Córdoba
En el caso de la Universidad de Córdoba (UCO), la decana de Veterinaria, Rosario Moyano, asegura que la pandemia “no ha interrumpido para nada el curso” ya que se “virtualizaron todas” las clases, por lo que se siente “muy orgullosa” del profesorado.
“El objetivo era no perder el curso y más en alumnos del último año” por lo que “se pusieron en marcha decisiones rectorales y, hoy por hoy, la docencia se ha salvado”, remarca.
El principal problema también se encontraba en las prácticas externas en empresas, que son “muy valoradas” por el alumnado, pero cuando se decretó el estado de alarma una mayoría ya las tenía avanzadas por lo que “prácticamente tenía todas las competencias adquiridas”.
Los que no se encontraban en esa situación, no deberán preocuparse porque, “desde hace algunos días”, han autorizado la reactivación de las mismas, según Moyano, quien subraya que el fin último era que “nadie perdiese el curso”.
La evaluación final será online, pero no tendrá un peso superior al 50 % de la nota final ya que la UCO “ha favorecido la formación continua” porque “es más importante todo el trabajo que van desarrollando” a lo largo del curso.
También cree que esta situación marcará un punto de inflexión en el mundo de la enseñanza aunque en Veterinaria no sea posible una formación 100 % online por las características clínicas de la profesión.
Moyano quiere empezar ya la planificación del próximo año académico porque hay que trabajar sobre “varios escenarios”: “hay que preverlo con mucho tiempo porque se está hablando de aulas con menos alumnos o más grupos de prácticas”.
Considera las clases presenciales como la “mejor” opción, pero “hay que tener otras previstas”.
La enseñanza veterinaria se ha adaptado así en tiempo récord a un nuevo modelo que le supone un importante reto, ya que se trata de una ocupación en cuyo ADN está la práctica clínica que requiere un contacto directo ahora desaconsejado por las autoridades sanitarias.