Artistas plásticos, expertos del arte culinario y periodistas, entre otros, disertan este martes en Ecuador sobre el arte y la comida, una fusión que va más allá de la estética y el alimento.
El intercambio de conocimientos tiene lugar en la ciudad costera de Guayaquil (suroeste) en el marco de las mesas de diálogo del proyecto “Asentamientos Nómade”, en la fase denominada “Fast Food”, del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC).
El comisario del proyecto, Hernán Pacurucu, comenta a Efeagro que en la charla virtual relacionan el tema del arte y la comida con asuntos mucho más sociológicos, y profundizan sobre el actual momento de crisis con el cierre de los restaurantes a causa de la pandemia y la manera en que ha aflorado la comida casera.
“Esa idea de comida que, siendo de la casa, también remite a una memoria”, pues cuando llegó el confinamiento mucha gente se volcó en la cocina casera y rescató recetas antiguas, apunta.
Se ha referido también al resurgimiento de las huertas caseras y la posibilidad “casi, casi anti mercado de producir nuestros propios alimentos”.
Más allá de lo cotidiano
El chileno Adolfo Torres, cocinero de estudio y artista visual autodidacta que participa en el coloquio, centra su obra en una relación entre lo visual y la alimentación.
Su obra bascula entre la pintura, el grabado, los collages, montajes e instalaciones, el reciclaje de elementos y herramientas de cocina, los vídeos de registro y acciones culinarias y de preparación de alimentos, con rasgos de performance y acción de arte.

Considera que más allá que hacer obras de arte con los ingredientes, hay un concepto mucho más amplio en el cual se pueden analizar contextos sociales, comunitarios, territoriales, patrimoniales desde el alimento.
“Hablar de la pimienta, por ejemplo, puede estar ligado a la historia del hombre, al descubrimiento de los caminos hacia India, de la guerra de las especies o de las rutas que se hacían entre Asia y Europa”, señala.
A la frase de la “comida es un arte”, Torres le da una vuelta de tuerca y avanza que “para que un producto gastronómico tenga la connotación de obra de arte, debe tener materialidad, soporte y concepto”, una triangulación que puede llevar lo cotidiano a ser entendido como un producto cultural en un formato artístico.
“La peor crisis”
En el encuentro, el crítico gastronómico chileno Carlos Reyes ofrece una mirada actual de lo que ocurre en las llamadas cocinas públicas en su país, los restaurantes y la “peor crisis” de su historia agudizada por la pandemia.
“Se calcula que la mitad de los restaurantes de este país va a desaparecer, es una crisis muy profunda”, asegura a Efeagro.
Recuerda que antes de la pandemia, su país ya vivió una crisis social donde la palabra “hambre” se replicó de manera exponencial y se han replanteado algunos modelos alimentarios y otros de asistencialismo y ayudas sociales.
Director del portal chileno Viaje al sabor, Reyes considera que se debe tomar muy en cuenta el alcance de esos fenómenos y la manera en que inciden en la expresión artística y en el trabajo de quienes tienen la sensibilidad para interpretar desde el ámbito estético esas realidades, un tema clave en el coloquio, que termina hoy mismo.