Las controvertidas primeras decisiones de Trump en la Casa Blanca no han escapado de la crítica de los artistas de les fogueres alicantinas, que ya terminaron la plantá,  con la que la ciudad luce en sus calles las 178 hogueras que serán quemadas en la noche del 24 de junio.

Arte efímero

Por primera vez en muchos años, una figura foránea (Trump) acapara la atención de gran parte de los miles de visitantes que recorren las calles para disfrutar de estas efímeras obras de arte, y lo hace por encima de las autoridades nacionales, regionales y locales, que suelen recibir los principales dardos de la crítica.

Por ejemplo, el reciente lanzamiento de la madre de todas las bombas aparece en la hoguera que ha ganado las últimas ediciones, la del distrito de Séneca-Autobusos, donde junto a este supermisil se sitúa Vladimir Putin en la cumbre y a su derecha Trump vestido a lo Elvis, tupé rubio incluido.

En su mano izquierda, Trump sostiene un globo terráqueo y en la derecha un misil pintado con las barras y estrellas apuntando al ninot de enfrente, que cierra el triángulo y representa al coreano Kim Jong-Un, que sujeta otro cohete similar contra el americano.

Otra de las hogueras más laureadas de la ciudad, la de Carolinas Altas, critica a Trump por su negación del cambio climático al colocarlo con rostro autosuficiente y haciendo una peineta sobre un yate que echa abundante humo, junto a un endeble cayuco con una pareja y un niño subsahariano con rostro incierto.

En el distrito Florida-Portazgo eligen una estampa más simpática del magnate americano, a pecho descubierto en posición de gigante luchador de sumo, mientras que Jong-Un, rebautizado como el gordito irascible, amenaza con una bomba.

Mariano Rajoy es otro de los objetivos preferidos de los artistas y a menudo le relacionan con la Justicia, encarnada en una mujer, que con un ojo cerrado y otro abierto le apunta con una espada; o detrás de un televisor de plasma diciendo "yo no sé nada" junto a una botella de tomate con el título CAT-alá-CHUP (por el ministro Rafael Catalá) y otro de mostaza Moix-TAZA (el exfiscal Anticorrupción, Manuel Moix).

En la hoguera de Alfonso El Sabio vuelve a estar el presidente como una marioneta en la mano de la canciller Ángela Merkel, que con la otra mano sujeta unas tijeras para "recortar", muy cerca de un Iñaki Urdangarín acosado por una Justicia medio desvestida y una Esperanza Aguirre que se carcajea acompañada de dos ranas (Francisco Granados e Ignacio González).

En este monumento, situado en pleno centro de la ciudad, levanta más de una sonrisa un Jordi Pujol a lo maestro Yoda (personaje de Star Wars) que se apoya en la cima de una montaña en un báculo con la cara de Marta Ferrusola mientras suben a la cima sus hijos, los Pucholines, ataviados de monjes cargados con sacos llenos de dinero.

No se han olvidado las hogueras del renacido socialista Pedro Sánchez, quien en Carolinas aparece como un Ave Fénix de color rojo-fuego que prende una llama en el trasero de la andaluza Susana Díaz, y en La Florida aún se acuerdan de Ana Botella con una relaxing cup of café con leche en la mano.

En Benalúa aparece el diputado nacional Gabriel Rufián (ERC) pidiendo comprar ropa de Zara junto a un cartel que señala al Banco Popular como la ganga del mes. Chollos Santander. Todo a un euro.

En esta hoguera también aparece Pablo Iglesias, ataviado como Bella junto a la Bestia (Rajoy), con la letra de los primeros compases de la canción: Se oye una moción/que hace censurar/Pablo va a piñón/pues con emoción/la va a presentar.

Con el título Bajo el mismo sol, la hoguera oficial es ejemplo de que también hay muchas más temáticas además de la política, al reflejar las injusticias sociales que ve el mismo Mediterráneo. La hoguera de Florida Sur, por su parte, se dedica íntegramente a la lacra de la violencia machista.