Las gentes del sur de la Patagonia son otro de sus principales valores. Gentes cálidas que han hecho de su hospitalidad su seña de identidad. Parece imposible imaginarles en el bullicio de la gran ciudad.
No faltan los foráneos que se han enamorado de esta tierra extrema convirtiéndola en su hogar y todos ellos cuidan hasta el extremo el bienestar del turista. Aquí dejamos algunos detalles de las amables conversaciones con algunas de estas personas.
ROBERTO FERNÁNDEZ. Responsable del Conaf en la Isla Magadena

Habla en voz baja, pero su timidez no esconde su pasión por los pingüinos. Vive desde hace cinco años en la isla de la Magdalena, de sólo 85 hectáreas, un lugar donde anidan unas 60.000 parejas de este animal. Dice que le gusta su trabajo porque lo considera importante para mantener este peculiar ecosistema y que puedan disfrutarlo las generaciones venideras.
Quiero trabajar para que las nuevas generaciones puedan disfrutar del parque
En realidad no está tan sólo, pues un grupo de investigación se ha mudado a la isla y, además, una legión de unos 32.000 turistas se “acercan” a este lugar cada año. Sólo 2.000 de estos viajeros son chilenos, el resto, turistas internacionales de las más variadas procedencias.
Es natural de Puerto Natales y lleva 18 años trabajando en el Paine. Ha formado parte del equipo de diferentes hoteles del campo y ha presenciado su evolución, de la que le preocupan algunos aspectos, especialmente los peligros medioambientales que causan los turistas como el gran incendio que hace unos años asoló buena parte del terreno de la Patagonia.
Si te cruzas con un puma, quédate quieto y disfrutá
Le gustan el atardecer y el viento del parque y muchos de sus habitantes, como el huemul –animal parecido al ciervo que aparece en el escudo de Chile- y el puma. Su consejo para los turistas que tropiecen con esta fiera es sencillo, “quédate quieto y disfrutá”.
DEBORAH HENARES Guía Turística

Tiene 25 años y trabaja como guía turística en el Parque Natural Torres del Paine. Estudió turismo e inglés y hace dos años , cuando viajaba por su país, descubrió este espacio y decidió quedarse.
Me enamoré del Paine y decidí quedarme
Envió un curriculum y tuvo suerte. Pone pasión en sus explicaciones y se afana para que cada turista de su grupo adquiera al menos las nociones básicas de lo que tiene ante sus ojos y pueda hacerse la fotografía que está buscando. Dice que se quedará en el Paine al menos un año más y que su espíritu nómada le guiará hacia su próximo destino.
VICTOR MANUEL CORDERO Trabaja en Ecocamp

Trabaja como director de operaciones en un campamento de lujo, Ecocamp, un concepto novedoso que mezcla el respeto extremo al medioambiente con el lujo y el confort. Habla despacio, sin prisas, tal como vive. Llegó hace tres años al Paine y es uno de los cinco habitantes que se quedan aquí incluso cuando el frío aprieta.
Aquí cada amanecer es distinto
Dice que en menos de dos meses se acostumbró a no tener televisión ni radio y a sobrevivir con una línea de Internet floja y lentísima. Quiere seguir con su carrera en el mundo del turismo dentro del parque pues entiende que es un sector estratégico para su país.
CRISTIAN URRUTIA, Chef

Tiene 35 años y dirige desde hace unos días un equipo de 25 personas en el Hotel Las Torres. Dejó Santiago donde tenía un "nombre y una carrera” para hacer vanguardia con los sabores de la Patagonia.
Me vine al fin del mundo para hacer la mejor cocina del planeta
Tienen una huerta ecológica y trabaja con hierbas como el ruibarbo o el calafate, con cereales como la quinua sin dejar al margen la centolla y, por supuesto, el cordero de Magallanes.