La figura del Rey Herodes, sobre todo para el Cristianismo, está vinculada con algunos episodios bastante controvertidos. Para analizar esta figura en profundidad, con todas sus aristas, el museo de Israel de Jerusalén ha inaugurado recientemente la muestra "Herodes el Grande, el último viaje del rey".  Se trata de la mayor exposición arqueológica realizada por el país que cuenta, como hilo conductor, con el cortejo fúnebre del rey desde su palacio de invierno en Jericó hasta el gigantesco mausoleo que se construyó en Herodión, cerca de Belén.

La muestra busca potenciar otras "caras" del Rey, como su pasión por la política y el arte o sus logros estratégicos

El objetivo es mostrar la cara menos conocida de este rey, definido por la historia como un personaje cruel, lujurioso y megalómano, pero  que también fue el promotor de grandes obras públicas de la época. La organización busca arrojar luz sobre otras facetas como su papel político o su pasión por el arte. También se quiere potenciar el conocimiento de sus grandes "logros", como los lazos que consiguió establecer con la Roma imperial.

Una exposición "faraónica"

En esta muestra nada queda a la improvisación. Durante tres años los expertos han reconstruido 250 objetos, desde pinturas a ánforas, sarcófagos o baldoasas a partir de los fragmentos  hallados en yacimientos y ruinas.

Los amantes de la historia pueden descubrir, además, el salón del trono del Palacio del Jericó o sala real y el mausoleo de Herodión. En total, se han tenido que transportar 30 toneladas de de piedra en columnas, frisos o piletas, se ha reforzado el suelo y se han tenido que elevar los techos del inmueble para acoger algunas de las representaciones.

Sus últimos deseos

Durante su vida, el rey ordenó que a su muerte destruyeran todas las obras arquitectónicas en torno a su mausoleo, coronado por una torre de 25 metros de altura, para que el esplendor del mismo pudiera apreciarse desde lejos. Sin embargo, este monumento fue reducido a cenizas apenas 70 años después. Su sarcófago fue también destruido, hasta que los arqueológos han conseguido recomponerlo. También se pueden apreciar dos  pinturas de colores realizadas en seco sobre piedra de las paredes de la estancia real de Herodión.

El por qué 

La idea de organizar esta muestra surgió tras el descubrimiento, en 2007, del mausoleo del Rey Herodes en Herodión, cerca del desierto de Judea y apenas a cuatro kilómetros de la capital.  Tras cuatro décadas de excavaciones, el arqueólogo Ehud Netzer halló esta riqueza y enseguida pensó en organizar esta muestra.  Sin embargo, no ha conseguido ver su sueño cumplido  porque falleció tras una caída cuando trabajaba en un cámara funeraria.