Los agricultores y ganaderos están muy pendientes de campos y granjas como cada año por estas fechas por el intenso calor: cultivos y animales también sufren los rigores del verano, entre ellos estrés, deshidratación, menores producciones de carne o leche, e incluso descenso de la fertilidad.
Así lo apuntan fuentes del sector agrario, profesionales que en muchos casos se quedará sin vacaciones para atender sus explotaciones o tendrán que modificar sus rutinas diarias.
En el caso de los invernaderos, la temperatura en el interior es siempre mayor que en el exterior, con lo que si se llega a los 40 grados, en el interior se dispara hasta los 50 grados.
En esas condiciones, las personas no pueden trabajar en ellos, lo que obliga a ventilar mucho el invernadero y a realizar las labores por la noche y de madrugada.
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