Un año lleva esta española disfrutando de Miami, un destino “en el que cada día vives una experiencia nueva”. Se llama Raquel Riaza, es extremeña y relata a Efetur sus vivencias en esta “ciudad cosmopolita” con mucho aire latino.
Aterrizó en Miami hace ahora un año para ayudar a montar la filial de una empresa española tras 15 meses viviendo en Malabo -Guinea Ecuatorial-. Hablamos de Raquel Riaza, una española de 30 años que trabaja como coordinadora de ventas en un país “con muchas oportunidades profesionales”.
Nos dice que Miami es un destino estratégicamente ubicado y permite viajar “tanto dentro de Estados Unidos como a otros países de América”. Por eso, hasta la fecha, ha disfrutado de escapadas a destinos como Nueva York, Atlanta, Nueva Orleans o la Costa Oeste de EEUU, entre otros, lo que le ha permitido “observar la increíble diferencia que hay entre las distintas zonas del país”. “Es tan grande y diverso que hablar de conocer Estados Unidos es demasiado difícil”, matiza.
En busca de nuevas experiencias profesionales, Raquel se instaló en esta ciudad del Estado de Florida, en el extremo sureste de EEUU, donde lo que más le gusta es “el clima, poder disfrutar de la playa y la cultura latina entremezclada con la norteamericana”.
“Lo que más me gusta es el clima, poder disfrutar de la playa y la cultura latina entremezclada con la norteamericana”
Se trata de una ciudad “llena de españoles” con numerosas propuestas turísticas que van desde “pasar un día tomando el sol en Miami Beach, hasta dar un paseo por Lincoln Street y Española Way o ir a Little Habana el último viernes de mes para disfrutar de música en la calle”. Según nos dice, además, el Estado de Florida, recibe al visitante con planes muy variopintos como hacer snórkel en Key Largo, contemplar un atardecer en Naples, ver caimanes en los Everglades o hacer una escapada a Disney World”, entre otras cosas.
“No dejas de ser uno más de las múltiples nacionalidades que se juntan, haciendo de la ciudad un cruce de culturas y costumbres”
Pero además de la variada oferta que existe para el visitante, Miami destaca por ser “una ciudad muy cosmopolita, con muchísima presencia de gente de América Latina -sobre todo cubanos y venezolanos-, así como españoles, franceses, rusos y, por supuesto, estadounidenses”. Por eso, nos dice Raquel, es muy fácil adaptarse, no sólo por el idioma, sino porque no dejas de ser “uno más” de las múltiples nacionalidades que se juntan, haciendo de la ciudad un cruce de culturas y costumbres.

Pero no es oro todo lo que reluce porque, según nos cuenta, aquí también hay aspectos negativos como “tener que coger el coche para todo” y la filosofía de “vivir para trabajar” en vez de “trabajar para vivir”. Y añade: “Otra dificultad es que la gente tiene un estilo de vida bastante individualista y además suelen juntarse con gente de sus países de origen”.
“La gente tiene un estilo de vida bastante individualista y además suelen juntarse con gente de sus países de origen”
Como anécdota señala que “conducir en Miami es toda una prueba de fuego, con tantos cruces y autopistas gigantes”. Además, bromea, “la primera vez que entré en un supermercado me agobié bastante, sólo para encontrar pasta integral había una estantería entera con todo tipo de sabores, colores, salsas…¡nada obvio!”.
Y hablando de supermercados, le preguntamos sobre la gastronomía del país a lo que responde: “No soy muy aficionada a la comida estadounidense, con excepciones claro, las hamburguesas son gigantes y están muy ricas, pero una vez al mes”. Sin embargo, matiza, sí ha tenido oportunidad de conocer platos típicos cubanos, venezolanos o peruanos que le “encantan”. “En Miami puedes disfrutar de un lomo salteado peruano o de arepas venezolanas -torta de maíz- en muchos sitios”, concluye.

No sabe cuándo regresará a casa porque, por ahora, se limita “a disfrutar de la experiencia y a sacar el máximo partido de ella”. Sin embargo, esta trotamundos, que lleva 3 años fuera de España -dos en África y uno en Estados Unidos-, reconoce que “llega un punto en el que apetece volver, asentarse un poco y pasar más tiempo con la familia y amigos”. De momento, está exprimiendo esta oportunidad con la que se siente “más independiente” y con la que ha aprendido a “disfrutar y tener paciencia ante las cosas”.
“Llega un punto en el que apetece volver, asentarse un poco y pasar más tiempo con la familia y amigos”
Pero al analizar su viaje se da cuenta de que es totalmente recomendable disfrutar de una estancia en el extranjero porque existe “una enorme diferencia entre hacer turismo y establecer tu residencia en otro lugar”. “Experimentar otras culturas enriquece, te enseña a poner en perspectiva lo que tienes y te hace descubrir tus puntos fuertes y débiles”, reconoce.
Hasta pronto, Raquel. Sigue disfrutando de esta oportunidad y sintiendo, como dices, “que cada día vives una experiencia nueva”. Por cierto familia, aquí una orden: “¡Sacad billetes para venir a verme!”.