ENTREVISTA

Stutte, referente de la NASA sobre agricultura espacial que inspira “The Martian”

Publicado por: María M.Mur 23 de mayo de 2017 Fuente: EFE

Si Matt Damon fue capaz de cultivar patatas en Marte en la película “The Martian” fue gracias a los estudios de Gary Stutte, un investigador de la NASA considerado uno de los mayores referentes de la denominada agricultura espacial.

“Hemos hecho muchas investigaciones sobre el cultivo de patatas en Marte, por eso estoy muy feliz de que eligiesen a las patatas como el cultivo con el que Matt Damon trata de salvarse mientras espera a que vayan a rescatarle”, asegura el científico de la NASA en una entrevista con Efe en la capital panameña.
Los guionistas del filme, dirigido por el británico Ridley Scott en 2015, recurrieron a los trabajos de este simpático horticultor de Oklahoma (EEUU) para urdir una trama que se alzó con dos Globos de Oro y tuvo siete nominaciones a los Óscar del año pasado.

Lo que consiguió el personaje de Damon, a quien Stutte nunca llegó a conocer y no fue por falta de ganas, “es difícil pero no imposible”, y “demuestra lo importante que van a ser las plantas cuando colonicemos otros planetas, ya que nos proveen de oxígeno, eliminan el dióxido de carbono y crean agua y alimento”.
“Las plantas nos van a permitir sobrevivir como especie”, asegura el investigador, que esta semana ha viajado a Panamá para participar en un congreso sobre agricultura en ambiente controlado.

Agricultura en recintos cerrados

Se trata de una técnica agrícola desarrollada en recintos cerrados que permite maximizar la producción y en la que el agricultor controla elementos como la luz, la temperatura, la humedad o el dióxido de carbono.

El científico de la NASA ha confesado que el secreto para cultivar en el espacio es usar luces LED para indicar a las plantas hacia donde tienen que crecer.

Además de supervisar cada una de las condiciones medioambientales y de “amarrar bien las semillas y el agua para que no floten”, el científico de la NASA ha confesado que el secreto para cultivar en el espacio es usar luces LED para indicarle a las plantas hacia donde tienen que crecer.
“Las plantas, cuando no hay gravedad, no saben cual es la parte de arriba, no saben que hacia arriba crece el tallo y hacia abajo las raíces”, explicó.

La primera verdura que se cultivó en un vuelo espacial fue el rábano, aunque el investigador de la NASA se estrenó con el trigo.

Precisamente el uso de luces LED es una de las aportaciones de la NASA a la agricultura en ambiente controlado, un método agrícola que cada vez es más popular en el mundo, especialmente en Japón, donde ya representa el 1 % de la producción total.

Solución al calentamiento global

“Si podemos cultivar en el espacio, podremos hacerlo en el Polo Norte o en el desierto. La agricultura de ambiente controlado es una solución al calentamiento global, a las plagas y al exceso de urbanización”, dijo Stutte, que es biólogo por la Universidad de Oklahoma y doctor en Fisiología de las Plantas por la Universidad de California.

Gary Stutte, investigador de la NASA considerado uno de los mayores referentes de la denominada agricultura espacial. EFE/Alejandro Bolívar

La primera verdura que se cultivó en un vuelo espacial fue el rábano, aunque el investigador de la NASA se estrenó con el trigo y dirigió en 2002 la operación PESTO, que hace quince años fue un verdadero hito científico.
A día hoy, los astronautas son capaces de cultivar cualquier tipo de vegetal, siempre que sean plantas relativamente pequeñas, de las que se coma casi todo para no generar demasiados desperdicios, indicó.
“En el espacio hay limitaciones de superficie, energía y tiempo. Hay granos como el maíz que no podemos cultivar porque tardan demasiado en crecer y alcanzan gran altura. Tampoco podemos plantar árboles frutales, como manzanos o naranjos”, precisó.

Planes para la Luna y Marte

Hasta ahora, solo se ha cultivado dentro de naves especiales, aunque hay planes para hacerlo en la Luna y en Marte.
Aparte de conocer a Matt Damon, Stutte admitió que volar al espacio es uno de sus grandes sueños aunque se siente satisfecho porque al menos han estado allí “su conocimiento y su huella del dedo pulgar”.
“Cada vez que he dirigido un experimento, les he dado a los astronautas un folio con mi huella dactilar para que me devolvieran cuando regresaran a tierra. En casa guardo 4 folios como estos como si fuera un tesoro”, confesó en medio de risas.