La estadounidense Subway es la mayor cadena de comida rápida del mundo en número de restaurantes con más de 44.000 establecimientos, una cifra que contrasta con los apenas 70 locales con los que cerrará el año en España, mercado en el que ya se prepara para “contraatacar” y dar un salto cuantitativo.
Frente a gigantes internacionales como McDonald’s o Burger King, pero también contra enseñas famosas en España como Pans & Company, Subway -especializada en bocadillos cuyos ingredientes son escogidos “in situ” por el cliente- confía en hacer oír su voz y darse a conocer como marca en un país donde todavía le cuesta ser conocida por los consumidores.
Así lo admite en una entrevista con Efeagro la responsable de su división española, Alessandra d’Agostino, quien atribuye la lenta expansión de la compañía en este mercado a un cambio de modelo que se produjo hace poco más de ocho años, cuando dejó de estar gestionada en régimen de máster franquicia.
“Cuando se acabó ese contrato, vinimos con un equipo de Subway y comenzamos a crecer por todo el territorio nacional con agentes de expansión, personas que normalmente ya son franquiciados y que se responsabilizan del desarrollo de una región”, explica.
Este nuevo modelo -idéntico al implementado por la empresa en la inmensa mayoría de los 110 países donde opera- se encuentra ahora en una fase clave, ya que el objetivo es alcanzar los 150 establecimientos en 2020, más del doble de los que tiene actualmente.
Subway confía en dar “el salto”
D’Agostino descarta que las características del mercado español -con una mayor cultura gastronómica que otros países- estén detrás de esta falta de empuje, y subraya que no compiten con “símbolos” del país como el bocadillo de jamón o de calamares.
“Nosotros ofrecemos una experiencia Subway. Llegas a la tienda, te saludan, te preguntan cómo quieres tu bocadillo, te lo preparan según tus gustos, delante de ti y con todos los ingredientes que quieras. Hay más de ocho millones de combinaciones“, precisa.
“Cuesta arrancar, pero según la experiencia de otros países, después el crecimiento es exponencial. En poco años vamos a dar un gran salto“, augura D’Agostino, quien se niega a definir esta meta de “ambiciosa”.

El de Subway es un caso estudiado mundialmente: la cadena fue creada en 1965 por un joven de 17 años llamado Frederick de Luca, que tras abrir 16 locales en Estados Unidos en menos de una década, vio en la franquicia la mejor vía para crecer.
Hoy ya es un emporio a escala planetaria, con 21.000 millones de dólares de ventas y casi el 40 % de sus tiendas fuera de su lugar de origen, donde su presencia es abrumadora; de España no facilita datos de facturación, pero ya da empleo a unas 360 personas.
Su estrategia pasa ahora por crecer en base a su modelo de franquicia, que exige una inversión inicial más baja que otras empresas de la competencia, entre los 80.000 y los 200.000 euros.
“Nosotros no tenemos planchas, no necesitas cocinar en el restaurante porque el producto viene preparado de la central, por lo que no necesitas salidas de humo”, detalla la responsable de su división española.
También dan ayudas a cada franquiciado que se anima a abrir más tiendas de la firma, reduciendo el pago en concepto de entrada, lo que hace que muchos de ellos cuenten con varios locales.
Apuesta por asociar su imagen a lo “verde”
En cuanto a la imagen corporativa, Subway ha reforzado su perfil más “fresco” y sus campañas destacan la posibilidad de configurar tu bocadillo para hacer de él una ingesta sana, en contraste con otras enseñas de comida rápida asociadas a malos hábitos nutricionales.
No obstante, en otros países también han recibido críticas en este sentido, ya que en función de los ingredientes que elija el consumidor, el porcentaje de grasas, sal o azúcar varía.
Recientemente Subway también fue atacada por un ex empleado que, anónimamente y a través de Internet, denunció el uso de comida caducada, entre otras irregularidades.
“Tenemos controles de calidad constantes, procedimientos muy rígidos en cómo cuidar los alimentos, se mide la temperatura, figura la fecha de caducidad, hay formación a los empleados…”, argumenta D’Agostino, quien aún así descarta que este tipo de noticias afecten al negocio.