Concha Tejerina. La localidad valenciana de Buñol se ha teñido hoy de rojo en la tradicional Tomatina, una guerra a tomatazos que, por primera vez en sus 68 años de historia, ha sido de pago para reducir a 20.000 los participantes y se ha desarrollado bajo una intensa lluvia.
La tormenta que afecta al interior de la provincia de Valencia ha obligado a avanzar a las 10.45 horas el inicio de la batalla, quince minutos antes de lo habitual pero, incluso antes, los camiones cargados con tomates habían empezado a descargar los 130.000 kilos de esta hortaliza que participantes de 60 países esperaban ansiosos.
Los guerreros de la Tomatina, ataviados con ropas viejas o disfraces y con gafas de bucear para protegerse los ojos, han comenzado a disparar tomates, tras aplastarlos para aminorar el dolor de su impacto, sobre sus compañeros de batalla, liberando adrenalina a tomatazo limpio.
Desde todo el mundo
La previsión meteorológica, que anunciaba chubascos moderados localmente fuertes en el interior de la provincia de Valencia, se ha cumplido y una intensa lluvia, acompañada de rayos y truenos, ha caído sobre los participantes que, lejos de verlo como un impedimento, la han jaleado.
Un total de 15.000 participantes de pago, procedentes de países como Australia y Japón, han abonado diez euros para tomar parte en esta batalla junto a 5.000 vecinos de Buñol, que accedían de forma gratuita a las calles acotadas para la Tomatina.
En pocos minutos, un líquido viscoso y rojo ha comenzado a inundar la calzada y a cambiar el color de las fachadas y de la vestimenta de los participantes de esta contienda, que ha finalizado a las 11.45 horas, momento en que han comenzado a limpiarse las calles cerradas para la Tomatina.
En Córdoba han celebrado una “antitomatina” repartiendo esta hortaliza
Los asistentes se han dirigido entonces a las duchas facilitadas por el Ayuntamiento para intentar limpiar los restos de tomate de sus cuerpos, pelo y ropa, o han ido a reponer fuerzas con alguno de los bocadillos de embutido que vendían puestos ambulantes, mientras las mangueras de los vecinos y los servicios municipales dejaban las calles de Buñol completamente limpias en cuestión de minutos.
Por otro lado, en Córdoba han celebrado una “antitomatina” donde se han repartido mil kilos de esta hortaliza a precio simbólico.El lema de la antitomatina tenía un guiño a Buñol: “Ellos los tiran, nosotros nos lo comemos”.
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