Los parlamentarios consideran que el sistema de alerta rápida europeo (RASFF) tiene “fallas”. Pidieron también a la Comisión explicaciones sobre las medidas tomadas para garantizar la seguridad alimentaria.
Los eurodiputados de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo (PE) instaron hoy a la Comisión Europea (CE) a reforzar el sistema de alerta rápida europeo (RASFF), que ha mostrado “fallas” a raíz de la detección de fipronil en centenares de partidas de huevos procedentes de Bélgica y Holanda.
Los parlamentarios pidieron a la CE explicaciones sobre las medidas tomadas para garantizar la seguridad alimentaria y aliviar el impacto de la crisis, que la CE calificó de “incidente” durante el debate.
“Hay un gran problema serio y es que hay errores en el Rasff. Los países no han avisado de manera inmediata y hay que analizar por qué no existe esa obligatoriedad. Han fallado los protocolos de comunicación y deben revisarse”, explicó, en declaraciones a Efe, la eurodiputada socialista Clara Aguilera.
El asunto estalló a principios de agosto, cuando Holanda y Bélgica recomendaron a los consumidores retirar ciertas partidas de huevos, aunque la detección de esta sustancia, prohibida a nivel europeo en la cadena alimentaria se produjo varios meses antes.
“Los Estados han actuado tarde, han tardado meses en comunicar, y eso además está generando disputas internas. Ese error ha significado que esos huevos han estado comercializándose”, indicó Aguilera.
El funcionamiento del sistema, en entredicho
Aunque la “crisis alimentaria no haya generado una crisis sanitaria” y, según la eurodiputada, “es improbable que lo haga”, el fraude en el uso de este producto ha cuestionado el funcionamiento del sistema “y debe ser investigado”.
Está previsto que los ministros de Agricultura europeos traten este asunto a partir del próximo domingo en Estonia, donde se celebra una reunión informal, aunque no será hasta el 26 de septiembre cuando previsiblemente pueda adoptarse alguna decisión, durante la reunión extraordinaria convocada por la CE en Bruselas. “Hemos visto la punta del iceberg. Ahora hay que recopilar e investigar la información de los Estados para poder tomar medidas adecuadas”, afirmó la parlamentaria andaluza.

La representante de la dirección general de Salud de la CE, Sabine Juelicher, adelantó a los eurodiputados que a raíz de este escándalo reforzará las misiones de control “sobre el terreno” para poder “arrojar luz sobre el incidente y hacer un buen seguimiento en el futuro”. También explicó que se están realizando análisis en granjas avícolas de otro insecticida, el amitraz, aunque no dio más detalles.
Indicó asimismo que el caso del fipronil ha desencadenado “análisis en países terceros, como Corea del Sur, China o Taiwán, donde también se ha encontrado esta sustancia”. Juelicher consideró que “no es fácil” evitar ese uso de productos fraudulentos y consideró que “el sistema de alerta rápida funcionó bien”.
Confianza en la justicia
“Está diseñado para atajar problemas de salud graves”, indicó, y consideró que el asunto del fraude deberá aclararse con “las investigaciones judiciales en marcha”, tanto por parte de los países afectados como de la CE, que investiga si la reacción de Bélgica fue lo suficientemente rápida.
La mirada está en la holandesa Chickfriend, una de las empresas que utilizaron el tratamiento con fipronil para las gallinas, que también fue comercializado y utilizado en Bélgica.
La CE recordó que, si bien más de un centenar de granjas fueron bloqueadas durante la investigación, algunas de las cuales permanecen sometidas a controles, solo en dos se sobrepasó el umbral de fipronil considerado “no apto” para el consumo.
En Holanda, se estima que unos 200 agricultores sufren ya pérdidas de más de 33 millones de euros.