Si te gusta la literatura y el día 23 de abril puedes hacer una escapada no lo dudes: Barcelona es tu próximo destino. La Ciudad Condal se viste de gala para celebrar una de sus fiestas más arraigadas, la Diada de Sant Jordi. Es la fiesta de los libros y las rosas; de los lectores y los enamorados.
Dice la leyenda que cuando la hija del rey estaba a punto ser engullida por el dragón, un apuesto caballero cambió su suerte, desenfundó su lanza y mató al animal. De su sangre brotaron rosas rojas. Es la leyenda de Sant Jordi, patrón de Cataluña desde el siglo XIX y protagonista de la fiesta del 23 de abril en Barcelona desde 1923. En 1996, la UNESCO declaró este día el Día Mundial del Libro y de los Derechos de Autor.
Desde primera hora de la mañana las librerías salen a la calle. Ya están colocadas sus “parades”, sus expositores, irresistibles para cualquier amante de la lectura, que encuentra en este día el aliciente de conocer a sus escritores de cabecera y llevarse a casa una dedicatoria y nueva tinta para leer.
Desde que el Gremio de Libreros de Cataluña y la Cámara Oficial del Libro decidieron acuñar esta fiesta a principios del siglo XX, para conmemorar la muerte de William Shakespeare, Miguel de Cervantes y el inca Garcilaso de la Vega, Sant Jordi tiene su versión en otras ciudades del mundo, pero es en Barcelona donde tiene más personalidad.
Cataluña no celebra San Valentín. El amor se declara el día de Sant Jordi
La diada de Sant Jordi es para la Ciudad Condal y para Cataluña mucho más que el Día de el Libro. Forma parte de su identidad, de su cultura, y es también el día más esperado por los enamorados. Cataluña es una de las pocas regiones que se mantiene ajena al “San Valentín” anglosajón, porque celebra el amor el día de Sant Jordi, con sabor a tinta y a rosal.
Amor, rosas y letras
Sant Jordi es sinónimo de libros y rosas. La tradición manda al “novio” regalar una rosa a su amada, y a la “novia” comprarle un libro a su enamorado, aunque las tendencias cambian y nada impide obsequiar ambas cosas o incluso invertir los regalos. Las rosas rojas son las más vendidas, pero en los últimos años se están popularizando las de otros colores: las blancas, que simbolizan la inocencia, las amarillas, la amistad, o las rosas, la felicidad. La fiesta no excluye a los solteros: los amigos, los padrinos, los hijos, los padres… Todo el mundo está invitado a declarar su amor a un ser querido con un libro y una rosa.
Todo el mundo está invitado a declarar su amor a un ser querido con un libro y una rosa
El día de Sant Jordi es un día laborable, pero las calles están más vivas que cualquier otro día festivo. Todo el que puede se escapa del trabajo para dar un paseo por las Ramblas –el centro neurálgico de la fiesta- y disfrutar así de las librerías ambulantes, que sacan a la calles sus mejores ofertas. Las grandes casas editoriales salen al Paseo de Gracia y la Rambla Catalunya. Las callejuelas del Gótico cobran su máximo esplendor con los colores de las flores y la música popular. Y, para los golosos, los pasteleros se suman a la fiesta con auténticas obras de artesanía que ilustran la leyenda del caballero y el dragón.
Cultura y solidaridad
El Ayuntamiento de Barcelona organiza anualmente un programa de actividades que va más allá del mundo del libro y se extiende a todos los ámbitos de la cultura, con talleres infantiles, conciertos y espectáculos. Es el único día del año que el Palau de la Generalitat abre sus puertas al público. A quien quiera visitarlo le conviene madrugar, porque se forman largas colas. También abre sus puertas el consistorio, con su hermosa Galería Gótica o el Saló de Cent.
La Diada de Sant Jordi tiene también fondo solidario. Con el lema “un gesto lo cambia todo” –en honor a la heroica hazaña de Sant Jordi- el ayuntamiento anima este año a los ciudadanos a donar sangre en alguno de los espacios habilitados por bibliotecas municipales. También pone a la venta en su sede rosas solidarias, cuyo beneficio va a parar a organizaciones sin ánimo de lucro.
El Ayuntamiento de la Ciudad Condal anima a los ciudadanos a donar sangre en las bibliotecas municipales
Noventa años después de que se celebrara oficialmente el primer Sant Jordi, la tradición está más viva que nunca. El 23 de abril del año pasado, los catalanes compraron seis millones de rosas, un 20 % más que el año anterior. Varios países del mundo han importado esta fiesta, que tiene su versión en Japón o en Venezuela. La primavera ha llegado para quedarse y qué mejor manera de celebrarlo que con un paseo entre libros y rosas…
Puedes consultar el programa completo de actividades aquí.