Los productores de almendra esperan esta campaña buenos precios, y máximos para la ecológica, en gran medida por las previsiones de una bajada de la cosecha nacional y, sobre todo, de la de California, que marca el valor internacional y atraviesa una severa sequía en un contexto de creciente demanda mundial.
“Un sashimi de atún, ¡y que me lo traiga el robot, por favor!”. Minutos más tarde, un cilindro de un metro de alto equipado con tres bandejas se desliza hasta la mesa portando la delicia japonesa. Es el asistente de los restauradores en tiempos de la covid-19.
Una serie de incendios provocados por el intenso calor y numerosas tormentas eléctricas han consumido cerca de 190 kilómetros cuadrados (46.000 acres) en el área de la bahía de San Francisco y en otras partes del norte de California, informaron las autoridades este miércoles.
La patronal apunta que la decisión de la Corte de desestimar la apelación interpuesta por los productores de “foie gras “no significa que se haya arbitrado a favor de prohibirlo”.
Un jurado en California entiende que el uso del polémico herbicida Roundup provocó un cáncer terminal a un jardinero de San Francisco.
La producción mundial de almendra ha crecido esta campaña un 6 %. El consumo de este “superalimento”, muy ligado a la elaboración de dulces, crece cada año como aperitivo e ingrediente de barritas o snacks en la UE, China o India.
Un californiano ofrece cabras para que se comen todo lo que puede arder en el monte.
California concentra el 80 % de la producción mundial de almendra y este año prevé aumentarla un 5,8 %. España, su mejor cliente, ha aumentado un 23 % sus pedidos entre agosto de 2015 y abril de 2016.
Estados Unidos es el segundo mayor consumidor de aceite de oliva del mundo, sólo por detrás de la UE, un mercado en el que ahora también intenta irrumpir como productor gracias al resurgimiento de la industria del aceite en California.
California se convirtió ayer en el primer estado de EE.UU. en prohibir por ley las bolsas de plástico de un solo uso en los supermercados, farmacias y tiendas de licores, una medida largamente demandada por los ecologistas y muy criticada por la industria del plástico.
