La Habana, Cuba. Foto: Cedida por Skyscanner

La Habana, Cuba. Foto: Cedida por Skyscanner

CRÓNICA CUBA

Cuba, la isla cromática que no sucumbe al paso del tiempo

Publicado por: BEATRIZ MAPELLI / EFETUR 22 de marzo de 2017

Si hay algo que despierta la atención de quien transita por las calles de Cuba es esa convicción de estar en un destino de idiosincrasia única, donde el color y la música conviven con reminiscencias de un pasado convertido en atracción turística.

Apuesto a que todo el que ha visitado Cuba se ha visto sorprendido por esa magia de "marca única" que impregna sus calles. Y que ya se respira desde el Aeropuerto Internacional de José Martí, justo después de haber volado a bordo del nuevo Boeing 787 con el que Air Europa ha comenzado a operar su ruta entre Madrid-La Habana.

Ciudad a ritmo cubano

Y así, tras once horas de tecnología y modernidad aérea, se llega hasta la capital de esta bulliciosa y caótica isla que plantea unas vacaciones en las que parte del atractivo consiste en romper con el presente para viajar en el tiempo y descubrirse entre coches de época, aires de revolución y una estética decadente, pero encantadora.

Nos explica un fabuloso guía de la isla que ésta, salpicada de edificios en ruinas, debe ser concebida de un modo artístico y no crítico. Y al hacerlo así, se puede disfrutar de un "baile" en el que se funden los colores vivos, un hermoso patrimonio, una idiosincrasia única y unas calles llenas de vida, donde no importa si esto o aquello está en mal estado, sino lo que esto o aquello fue capaz de albergar.

La capital de esta isla del Caribe, limítrofe con las Bahamas, Florida, Cancún y Jamaica, es, sin lugar a dudas, el centro neurálgico del país, punto de encuentro de turistas y locales, y alma cultural gracias a lugares como la Plaza de la Revolución, escenario de algunos de los principales acontecimientos de la Revolución cubana. Y, más recientemente, del acto multitudinario en el que se dio el último adiós al líder cubano Fidel Castro el 29 de noviembre.

Turistas paseando por el malecón de La Habana. Foto: EFE/Ernesto Mastrascusa
Turistas paseando por el malecón de La Habana. Foto: EFE/Ernesto Mastrascusa

Cerca de la plaza, a la que se puede llegar en alguno de los descapotables de los años 50 que convierten la isla en el mayor museo automovilístico del mundo, se encuentran el Memorial a José Martí que, con una altura de más de 112 metros de altura, es el punto más alto de la ciudad; el Ministerio del Interior, famoso por el enorme mural del Che Guevara que muestra en su fachada; o el Ministerio de Informática y Comunicaciones, que exhibe en su exterior la imagen del guerrillero Camilo Cienfuegos. Más de 80 hoteles se reparten por la ciudad para albergar a quienes llegan dispuestos a descubrir sus rincones.

A través del famoso malecón habanero, punto fotográfico imprescindible para todo visitante de La Habana, se llega hasta el Castillo de los Tres Reyes del Morro, una fortaleza-museo construida en 1589, que fue testigo de las batallas que enfrentaron a cubanos e ingleses. Con un faro de 45 metros de altura, regala una impresionante panorámica del litoral habanero.

Continuamos camino hasta llegar a la Habana Vieja; máximo exponente de la arquitectura colonial del Caribe insular y zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982. Emerge de sus ruinas con alma propia, color, y música, y deja en quien la contempla una impronta que solo se comprende después de haberla 'vivido'. Si toda la isla garantiza un viaje en el tiempo, en la Habana Vieja esa expresión cobra su máximo sentido.

Turistas viajan en un "cocotaxi" en La Habana. Foto: EFE/Alejandro Ernesto
Turistas viajan en un "cocotaxi" en La Habana. Foto: EFE/Alejandro Ernesto

Entre sus calles se pueden encontrar hermosas plazas donde artistas callejeros y vendedores ambulantes se dan cita para amenizar el paso de los turistas. Destaca la Plaza de la Catedral, con la Catedral de San Cristóbal, dominada por dos torres desiguales y una fachada barroca diseñada por el arquitecto italiano Francesco Borromini.

Y, muy cerca de aquí, se aglutinan dos locales que les sonarán por haber estado en el punto de mira del escritor americano Ernest Hemingway: La bodeguita del medio y el Floridita. Ambos locales constituyen una parada obligada para aquellos que quieran saborear los famosos mojitos y daiquiris al son de la rumba cubana.

El Capitolio, la estatua del Cristo de La Habana, el Museo de la Revolución, el Bosque de La Habana, la Plaza Vieja, la Plaza de Armas, y la Plaza de San Francisco son otros de los imprescindibles de la ciudad.

Antes de abandonar la capital para poner rumbo a Varadero, otro de los grandes polos turísticos de Cuba que, junto a ésta, genera el 70 % de los ingresos del sector turístico, es recomendable un paseo en cocotaxi, un original medio de transporte local. También, hacer un alto en el camino para disfrutar de una experiencia de maridaje de puro y ron.

Playa de Varadero, Cuba. Foto: B.M./EFETUR
Playa de Varadero, Cuba. Foto: B.M./EFETUR

¿A qué más sabe Cuba? Establecimientos tan populares como el Restaurante Ivan, te ofrece los sabores tradicionales del arroz con frijoles negros, plátano frito, langosta o parrillada de carne de cerdo. También pueden descubrirse en los paladares, restaurantes privados y casas particulares que que ofrecen carnes, pescados, vegetales, legumbres, y frutas con sello local.

Una segunda parada en la isla nos permite disfrutar del clima caribeño en Varadero, el oasis cubano. Este destino, en la Península de Hicacos, al norte de la provincia de Matanzas, se considera “el más famoso balneario de la isla”, según Turismo de Cuba. Y hace gala de su fama con más de 30 kilómetros de playa de aguas turquesas y arena fina, palmeras y medio centenar de complejos hoteleros de lujo que garantizan una estancia irrepetibles. Muy cerca, se puede visitar el Parque Josone, un enclave natural en el que disfrutar del lago y la vegetación, mientras se disfruta de la comida criolla.

Santiago de Cuba, Los Cayos, Baracoa, Cienfuegos, Holguín... Son otros destinos que se suman a la oferta turística del país y que conquistan por sus gentes, apasionadas, sociables y fuertes. Así que, tomo prestadas las palabras que emplea el propio gobierno cubano para hablar de sus ciudadanos y que constituye, sin lugar a dudas, el mejor aliciente para viajar a la isla.

Para el cubano, su país es hijo, madre, padre, amante, obsesión y desvelo. Cuba es hechizo en madrugadas de rocío y calor en las venas en noches de amor. Es café, ron, tabaco, baile, béisbol. Es, como dijo el poeta, pasión que desanda, pero sobre todo, patriota, amante y defensor de lo suyo. Dígase Cuba y se hablará de la exclusividad y lo irrepetible de quienes colmamos esta ínsula de poemas e historias, estirpe de generaciones universales de las cuales nacieron los hijos que, a lo largo de cinco centurias y algo más, han escrito historias, contadas o no, pero integradoras de esas siete letras que nos distinguen: cubanos.”  Oficina Nacional de Información Turística

Secciones : El mundo Turismo

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